Opinión
Por Reuters/Louis Charbonneau
La Liga Árabe ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una resolución de apoyo a un plan árabe para iniciar una transición en Siria. La pregunta es si Rusia apoyará el plan, se abstendrá o votará no.
La reunión de este martes del Consejo de 15 naciones incluirá a la Liga Arabe, además de la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, William Hague, y el canciller francés Alain Juppé, entre otros. Probablemente no acuda el canciller ruso, Sergei Lavrov. A finales de esta semana podría producirse la votación.
El nuevo proyecto de resolución, incluye una «transición política» en Siria. Si bien no requiere de una acción militar o sanciones de la ONU contra Siria, sí contempla “nuevas medidas si Damasco no cumple con los términos de la resolución.
El problema sería el derecho de veto de China. Sudáfrica, India y Pakistán, también tienen sus reservas sobre el proyecto de decreto y se espera que sigan el ejemplo de Rusia, cuando el texto se someta a votación. Se prevé que otros 10 países del Consejo voten afirmativamente.
Rusia veta
Este escenario es muy probable. Moscú seguramente utilice su veto. También es posible que Rusia se abstenga en la votación al proyecto de resolución, lo que equivaldría a apoyar tácitamente el derrocamiento de Assad, aunque su gobierno es uno de los principales clientes de la industria armamentística rusa.
Algunos analistas dicen que el primer ministro ruso Vladimir Putin -candidato a la presidencia de su país en marzo, y que criticó duramente la Resolución del Consejo que autorizó la campaña de la OTAN en Libia, aprobada tras su abstención-, podría querer dar una imagen de firmeza ante la presión occidental con su veto.
Vetar la resolución contra puede ser exactamente el tipo de mensaje fuerte que Putin quiere enviar a los Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, con el veto Moscú provocaría la irritación de los Estados árabes del Golfo que apoyan el plan de la Liga Árabe. Además, si Assad es derrocado, el gobierno que surgiera en Siria podría replantearse la presencia en Siria de las bases navales rusas.
Rusia se abstiene
También sería posible la abstención.¡. Rusia puede pensar que las consecuencias negativas de un derecho de veto son mayores que los beneficios del bloqueo de la resolución.
La Liga Árabe, Estados Unidos y la Unión Europea están tratando de persuadir a Rusia para que se abstenga, con el argumento de una votación en contra de la resolución equivaldría a votar en contra del mundo árabe. Rusia también mejoraría su tensas relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea al permitir la aprobación de la resolución.
Moscú, sin embargo, argumenta que los árabes están divididos y el Plan de la Liga Árabe que no tiene el apoyo total y unánime de todos los miembros de la liga.
Rusia vota sí
Este escenario es el objetivo que menos probabilidad tiene, según varios diplomáticos occidentales. Sin embargo, creen que no sería del todo imposible. Para ello sería necesario que los países occidentales y la Liga Árabe diluyeran en el texto de la resolución el apoyo explícito a la Liga Árabe, sustituyendo el término “apoyo” por algún término más suave.
El problema es que si Gran Bretaña y Francia suavizaran el texto de la resolución, podrían encontrarse que los países que inicialmente apoyarían la resolución, como Catar y otros países árabes, e incluso Estados Unidos, podrían oponerse entonces.
Prolongadas negociaciones
Esta es también una posibilidad. Diplomáticos occidentales dicen que lo que Rusia ha hecho durante estos meses ha sido hacer perder el tiempo al Consejo de Seguridad, retrasando las negociaciones en un intento para dar tiempo al gobierno de Assad de aplastar la rebelión. Por ello los diplomáticos de Estados Unidos y Europa quieren evitar cualquier otro intento de retrasar la decisión por parte de Rusia y que la resolución sea sometida a votación antes de que acabe esta semana.
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