380 solicitantes de asilo llevan 20 días atrincherados en el campo de detención de Manus, sin agua ni alimentos
Héctor Alonso @hdelosrios2
El conflicto que se desarrolla en el campo de detención de la isla de Manus (Papúa Nueva Guinea) amenaza con prolongarse en el tiempo y finalizar de forma dramática por la negativa de sus 380 ocupantes a abandonarlo. Estos solicitantes de asilo, que fueron encerrados contra su voluntad en esa isla por las autoridades australianas, permanecen atrincherados desde hace 20 días, cuando se decidió cerrar el campo, sin suministro regular de agua ni alimentos.
La ONU ha intentado que Australia acepte acoger a esos solicitantes de asilo, o procesarlos para que sean aceptados en algún país seguro, algo que Australia no acepta. No acepta siquiera la oferta de Nueva Zelanda de acoger a 150 de ellos. Por el contrario Australia defiende realojarlos en otro campo alternativo en la misma isla, que aún no ha sido finalizado y que es considerado inadecuado por la ONU. Los atrincherados se niegan a abandonar el campo en el que permanecían desde hace años por temor a ser atacados por la población local, que no les quiere en su isla.
La mayoría de los solicitantes de asilo proceden de Afganistán, Irán, Myanmar, Pakistán, Sri Lanka y Siria, y fueron trasladados a la isla de Manus tras ser interceptados en el mar por la marina australiana. Australia ha financiado el campo en el que vivían hasta ahora, mantenido a través de contratas privadas y en condiciones calificadas como lamentables por la ONU. Los que intentaron abandonar el campo para realojarse en otras partes de la isla fueron robados y atacados por la población local, claramente hostil. Para la ONU la isla de Manus no reúne las condiciones necesarias para realojar a refugiados o solicitantes de asilo.
Australia dice que permitir que los solicitantes de asilo lleguen a sus costas solo alentará a los contrabandistas de personas en Asia y supondrá que más personas arriesguen sus vidas tratando de hacer el peligroso viaje por mar. Australia rechazó una oferta de Nueva Zelanda para reasentar a 150 de los hombres. Estados Unidos se había comprometido a aceptar 1.250 solicitantes, pero Trump ha bloqueado el traslado.
Las condiciones en las instalaciones empeoran cada día, según la ONU, con acumulación de basura y desechos humanos. Los medicamentos también se han terminado. Reciben alimentos de vez en cuando y no disponen apenas de agua. Según la prensa local está previsto que este próximo miércoles los ocupantes del campo sean desalojados por la policía, aunque seguramente encuentren resistencia.