Siete años después de empezar el conflicto el 60 por ciento de los niños de Yemen conocen a alguna víctima de la guerra
Héctor Alonso
Siete años después de que empezara la guerra de Yemen, que enfrenta al gobierno houthi con la coalición liderada por Arabia Saudí, los niños se han convertido en las principales víctimas de la guerra. Según un informe de Save the Children, el sesenta por ciento de los niños conocen a alguien que han sido víctima de los combates o bombardeos. Uno de cada cuatro niños pertenece a una familia con víctimas.
En el estudio realizado por la ONG con 400 niños de todas las provincias del país se concluye que casi el 80 por ciento de los menores están constantemente preocupados por su seguridad y la de su familia. El 70 por ciento de ellos van a colegios que han sido atacados al menos una vez a lo largo de la guerra y casi la mitad dijeron que su centro de salud habitual también había sido atacado al menos en una ocasión.
Ha habido niños, según recoge el informe, que han sido disparados por francotiradores mientras jugaban. Y la mayoría de ellos no se sienten seguros ni siquiera en la escuela. Tampoco en los hospitales o en los centros de salud o en los mercados. Según Save the Children, la mayoría de los niños viven con miedo y ansiedad constantes.
Impacto en el desarrollo
El impacto en el desarrollo de los menores está siendo demoledor, según la organización: los niños han dejado de jugar en la calle y socializar con otros niños por temor a ser víctimas de algún ataque. Para Save the Children Yemen se ha convertido «en un infierno en la tierra».
A lo largo de los años, además, las familias han ido perdiendo su capacidad de resiliencia. Para Amnistía Internacional, se trata de la mayor crisis humanitaria que se está desarrollando en este momento: el 80 por ciento de la población (24 millones de personas) necesita ayuda para sobrevivir y la amenaza de la hambruna está cada vez más cerca. De hecho, más de 16 millones de yemeníes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, lo que quiere decir que no son capaces de conseguir el alimento diario necesario para sobrevivir.
Además, con la red de salud gravemente dañada a consecuencia de los constantes bombardeos -solo funciona el 50 por ciento de los hospitales-, el país carece de medios y capacidad para enfrentarse a la pandemia por COVID.
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