La violencia contra las mujeres en el conflicto de Irak
14 000 mujeres asesinadas y miles de secuestradas en Irak desde que empezó el conflicto
La escalada de violencia en Irak está teniendo un efecto devastador en las mujeres, según un nuevo informe que acaba de ser publicado por la organización Ceasefire Centre for Civilian Rights and Minority Rights Group International, una organización que lucha por los derechos de las minorías. El estudio, titulado La violencia contra las mujeres en el conflicto de Irak, documenta el uso generalizado de la violencia contra las mujeres en Irak desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, con un enfoque particular en violaciones cometidas durante el recrudecimiento de la violencia en los últimos dos años. Ya sea impulsada por motivos políticos, «morales» o sectarios, los ataques contra las mujeres se han convertido en una táctica de guerra utilizada por todos los contendientes del conflicto. |
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“Tanto las milicias suníes como las chiíes han llevado a cabo ejecuciones en masa extrajudiciales de mujeres por lo que consideran transgresiones de códigos morales”, asegura Mark Lattimer, Director de la organización autora del informe, sin que se hayan asumido responsabilidades por ello.
«Las mujeres han sido blanco de la violencia en Irak desde hace muchos años», añade la autora del informe Miriam Puttick. «Ahora, con el auge de ISIS, estamos siendo testigos de la renovación de una campaña deliberada y violenta para borrar a las mujeres de la vida pública del país”.
La lucha en Irak ha generado desplazamientos masivos de población y ha creado decenas de miles de viudas y hogares encabezados por mujeres, aumentando la vulnerabilidad de éstas. Miles de mujeres y niñas han sido secuestradas por rescate o son víctimas de la trata para la esclavitud sexual y la prostitución desde 2003. Sólo en 2014 más de 3.000 mujeres y niñas fueron capturadas por el Estado Islámico de Irak y al-Sham (ISIS).
Sin embargo, más de seis meses después, hay poca evidencia de las medidas concretas adoptadas por el gobierno federal, ya sea iraquí o el gobierno regional de Kurdistán para asegurar su liberación.
Según Miriam Puttick, esta inacción es un síntoma de la falta de interés en abordar la violencia contra las mujeres de las autoridades. “ISIS no es el primer grupo de participar en secuestro y tráfico de mujeres. Las mujeres han ido desapareciendo de las calles de Irak por cientos desde el inicio del conflicto. El silencio de las autoridades iraquíes y kurdos sobre este asunto debe terminar”.
Una de las causas de este clamoroso silencio es el «honor» de la familia, por la que existe una “infradeclaración” de desapariciones. Las deficiencias en las leyes iraquíes que penalizan la violencia contra las mujeres se ven agravadas por ineficacia del sistema policial y de justicia iraquí.
«Las mujeres son traicionadas por un contexto político, jurídico y cultural más amplio que permite a los autores de la violencia contra las mujeres vivir en libertad, mientras que se estigmatiza a la víctima», dice Miriam Puttick. «Una vez que una mujer se convierte en una víctima de violencia sexual o se ve obligado a huir de su hogar, no tiene dónde ir, dónde acudir”.