«Europa no puede seguir respondiendo a esta crisis con un enfoque poco sistemático o según se desarrollen los acontecimientos. Ningún país puede hacerlo solo, y ningún país puede negarse a cumplir con su parte», aseguró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, en un comunicado que pone sobre la mesa seis directrices, previas a la ronda de reuniones de emergencia de la UE sobre la crisis.
Guterres dijo que la mayor afluencia de refugiados en Europa durante décadas hace necesario un «esfuerzo masivo común» y romper con el actual enfoque fragmentado, que según dijo, ha llevado a Europa a no encontrar una respuesta común eficaz.
«Más de 300.000 personas han arriesgado sus vidas para cruzar el mar Mediterráneo en lo que va de año. 2.600 personas no sobrevivieron al intento, incluyendo niños de tres años, Aylan, cuya foto ha despertado las conciencias de la opinión pública mundial», dijo el jefe de la agencia de refugiados, en referencia a la trágica muerte del niño cuando intentaba llegar desde Turquía a Grecia.
Guterres alabó algunos comportamientos ejemplares y «verdaderamente inspiradores» de la generosidad y el liderazgo moral por parte de algunos países y muchos ciudadanos, pero reiteró su petición de una estrategia colectiva que incluye un renovado impulso para resolver los conflictos.
«Una estimación muy preliminar indicaría una posible necesidad de aumentar las oportunidades de reubicación a un máximo de 200.000 personas», recomendó. «Esto sólo puede funcionar si va de la mano con las capacidades de recepción adecuadas, especialmente en Grecia. La solidaridad no puede ser responsabilidad de sólo algunos Estados miembros de la UE».
«Europa se enfrenta a un momento crucial», dijo Guterres, deletreando otros cinco principios fundamentales que dijo hay que tener en cuenta en todos los esfuerzos para resolver el problema:
1) Se trata de una crisis de refugiados principalmente, no es sólo un fenómeno de la migración. La gran mayoría de los que lleguen en Grecia provienen de zonas de conflicto como Siria, Irak o Afganistán y son personas que huyen para salvar sus vidas. Todas las personas que se desplazan en estas trágicas circunstancias merecen ver sus derechos humanos y la dignidad plenamente respetados, independientemente de su situación jurídica.
2) Europa no puede seguir respondiendo a esta crisis con un enfoque poco sistemático. Ningún país puede hacerlo solo, y ningún país puede negarse a hacer su parte. No es de extrañar que, cuando un sistema se desequilibra todo se bloquea si la presión aumenta. Este es un momento decisivo para la Unión Europea, y ahora no tenemos más remedio que movilizar a todas nuestras fuerzas para atender esta crisis.
3) En concreto, esto significa tomar medidas urgentes y valientes para estabilizar la situación y luego encontrar una forma de compartir verdaderamente la responsabilidad a medio y largo plazo. La UE debe estar lista, con el consentimiento y en apoyo de los gobiernos interesados – principalmente Grecia y Hungría, pero también Italia – para poner en marcha la recepción de los refugiados de forma inmediata y adecuada, la asistencia y el registro.
4) Los que se encuentren en situación de no necesidad de protección internacional y que no puedad beneficiarse de las oportunidades de migración legal, deben ser ayudados a regresar a sus países de origen, con pleno respeto de sus derechos humanos.
5) Los únicos que se benefician de la falta de una respuesta europea común son los contrabandistas y traficantes que están sacando provecho de la desesperación de la gente para ponerse a salvo. Se requiere una cooperación internacional más eficaz para acabar con los traficantes. Pero ninguno de estos esfuerzos será efectivo si no se ofrecen más oportunidades para que la gente venga legalmente a Europa.
«Este flujo masivo de personas no se detendrá hasta que se aborden las causas fundamentales de su difícil situación», dijo Guterres. «Debemos trabajar mucho más para prevenir los conflictos y detener las guerras en curso que están expulsado a millones de personas de sus hogares. Los países vecinos zonas de guerra, que albergan 9 de cada 10 refugiados en el mundo, deben ser apoyados con más fuerza, incluyendo la financiación necesaria.