Hasta el 90 por ciento de la población de Ucrania vivirá bajo el nivel de pobreza y se perderán dos décadas de desarrollo si la guerra se prolonga
Héctor Alonso
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el coste de la guerra podría ser catastrófico para la población de Ucrania -41,4 millones de personas- si esta se prolonga. Hasta el 90 por ciento de la población podría caer bajo el umbral de la pobreza y se perderían al menos 18 años de desarrollo, algo que afectaría no solo a Ucrania, sino a los países de la región.
Según estimaciones del gobierno dadas por buena por el PNUD, el coste de la destrucción de infraestructuras vitales como puentes, hospitales, colegios, carreteras y edificios gubernamentales, además de otras instalaciones, ascendería ya al menos a 100.000 millones de dólares. La guerra ha provocado además el cierre de la mitad de las empresas del país. El resto está trabajando muy por debajo de su capacidad. Además han salido del país o se han desplazado millones de personas, agravando la inseguridad económica y social.
Aunque las prioridades de las agencias de la ONU ahora son atender a los refugiados y desplazados, advierten de la necesidad de tomar medidas para evitar un impacto aún más grande en la economía del país, que se podría prolongar durante años una vez finalice el conflicto. “Aún hay tiempo para evitar un declive económico alarmante y el sufrimiento y las dificultades que traerá a una población ya traumatizada», ha asegurado Achim Steiner, administrador del PNUD.
Ingreso básico temporal
El PNUD es una de las agencias de la ONU que permanecen aún en el terreno evaluando daños y proporcionando medios y canales para ayudar a la población. Entre las medidas propuestas figura la implantación de un ingreso básico temporal de 5,50 dólares por persona y día, que supondría unos 420 millones de dólares al mes, destinado a la población más vulnerable. Otro plan es canalizar dinero en efectivo a 2,6 millones de personas en riesgo de pobreza, con coste aproximado de 250 millones de dólares mensuales.
También se han diseñado junto con los países vecinos y ACNUR (la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados), el Plan Regional de Respuesta para Refugiados, destinado a fortalecer tanto a las personas refugiadas como a las comunidades de acogida para que sea posible generar empleo e ingresos.
