No se sabe qué hará en Siria, Irak, Afganistán o Yemen
Probablemente recorte las aportaciones de Estados Unidos a instituciones internacionales, como ACNUR
No dedicará fondos a ayudas al desarrollo
Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, prefirió durante la campaña electoral centrarse en temas domésticos, como la inmigración, el apoyo a la industria nacional o los impuestos, y apenas tocó temas de política exterior, desarrollo o ayuda humanitaria. Bien porque no tiene una idea clara de lo que piensa hacer, o bien porque sí lo sabe pero no quiso que dichos temas pudieran distraer al electorado, más preocupado por la inmigración o la destrucción de la industria nacional. Ahora que acaba de tomar posesión de la Presidencia tendrá que tomar decisiones inmediatas sobre cuatro conflictos bélicos en los que Estados Unidos está implicado en mayor o menor medida: los tres grandes conflictos bélicos en Oriente Medio -Siria, Irak y Yemen- y la presencia militar de Estados Unidos en Afganistán. Durante la campaña electoral Trump no dejó claro cuál iba a ser su estrategia, más allá de declaraciones vagas sobre un cierto aislacionismo o promesas sobre aplastar al Estado Islámico. Respecto de los inmigrantes, refugiados o el medioambiente, así como el apoyo a las instituciones internacionales como ACNUR o las ayudas al desarrollo, sí dejó clara su política: dureza con inmigrantes y refugiados, favorecer la extracción de combustibles fósiles -petróleo y carbón y potenciar el «fracking»-, revisar la financiación de las instituciones internacionales y no destinar fondos a la ayuda al desarrollo de otros países, bajo la premisa de América primero.
Respecto de una implicación más profunda de Estados Unidos en Siria, Trump argumentó que podría causar «la tercera guerra mundial» y llevar a Estados Unidos a un conflicto directo con los aliados de Assad, Irán y Rusia. Antes de pensar en Siria, dijo, había que aplastar al Estado Islámico. Sin embargo, nadie sabe muy bién cómo va a llevar a cabo ese deseo, ya que dijo que sus planes «son secretos». Sólo expresó su intención de trabajar con los aliados y países árabes amigos en Oriente Medio o planificar operaciones militares conjuntas contra el Estado Islámico.
Trump apenas habló durante su campaña sobre el tercer gran conflicto en la zona, considerado ya como una catástrofe humanitaria, Yemen. En este conflicto el gran aliado de Estados Unidos en la zona, Arabia Saudí, lidera una coalición para tratar de acabar con los rebeldes houti (chiitas), que mantienen el control de la capital del país. Trump únicamente ha expresado su preocupación por el posible crecimiento de la influencia chiita en la zona, pero no se sabe nada sobre sus intenciones o sobre qué piensa hacer en este conflicto.
Afganistán
Estados Unidos mantiene aún en Afganistán a 10.000 soldados. A pesar de las promesas de Obama para acabar con la guerra en el país, donde Estados Unidos mantiene fuerzas militares desde la invasión en 2001, a lo largo de este período no han logrado apenas avances contra los talibán ni contra otras milicias que controlan amplias zonas. La suma gastada por Estados Unidos en ese conflicto, entre la factura militar y la ayuda a la reconstrucción, es gigantesca: alrededor de un billón de dólares.
Afganistán tampoco ocupó un lugar destacable en la campaña electoral y no se sabe qué hará.
Cambio climático
Las promesas electorales de Trump en este ámbito son contradictorias. Por una parte expresó su objetivo de proteger el medio ambiente, incluyendo la atmósfera y el agua, y por otra dijo que pretendía que Estados Unidos fuera independiente energéticamente, para lo que impulsaría la apertura de nuevos yacimientos de carbón y petróleo y estimularía el «fracking». Los expertos en medio ambiente señalan los problemas medioambientales del «fracking»: contaminación de acuíferos, movimientos de tierras, etc. También señalan que no parece que Trump esté muy interesado en el desarrollo de las energías renovables. De hecho, durante su campaña Trump aseguró que se retiraría del Acuerdo de París sobre Cambio Climatico.
Refugiados e inmigración
La política de Trump en este ámbito puede ser muy agresiva, según lo que prometió en su campaña electoral. En Estados Unidos hay once millones de inmigrantes indocumentados. Muchos de ellos llegaron como niños y ahora tienen familia propia. Obama había firmado una orden ejecutiva para que no se pudiera expulsar a estas personas, y Clinton había prometido medidas para favorecer la regularización progresiva de ciertos grupos de inmigrantes. Sin embargo, Trump prometió eliminar la orden ejecutiva de Obama, que podrían abrir el camino a expulsiones masivas. Esta promesa fue uno de los argumentos electorales que le proporcionaron la victoria.
También aseguró que prohibiría la entrada de musulmanes en el país, aunque esta medida es difícil de llevar a cabo, ya que en los pasaportes de la mayor parte de los países no figura la confesión religiosa. Sin embargo, Trump si podrá limitar el número de refugiados que pueden ser admitidos para su reasentamiento, como los sirios, o incluso no admitir a nadie, ya que se ha mostrado partidario en sus declaraciones a reasentarlos en una zona segura en su país de origen.
Respecto del apoyo financiero a las instituciones internacionales, Trump ha mostrado su desconfianza hacia las mismas. ACNUR, por ejemplo, recibe el 40 por ciento de su presupuesto de Estados Unidos. Está por ver si mantendrá ese nivel de financiación.
Ayuda externa
Sobre la ayuda económica y financiera a países en desarrollo, Trump ya dijo que su primer objetivo era reconstruir la industria en Estados Unidos antes que proporcionar dinero a otros países. «Estados Unidos debe dejar de enviar ayuda externa a países que nos odian», dijo en su campaña. Por lo tanto, un aumento en el presupuesto de ayuda extranjera es muy poco probable, mientras que los recortes ahora se convierten en una posibilidad clara, sobre todo con el control de los republicanos del Congreso y el Senado.
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Es dificil predecir lo que hara un hombre impredecible e impulsivo. Hay que esperar que la responsabilidad le de un poco de madurez.