Al menos 50 niños mueren al ser bombardeadas varias escuelas
Después de tres días de intensos bombardeos del ejército sobre la parte oriental de Ghouta, cerca de Damasco, con artillería y cohetes, el balance es de más de 250 civiles muertos, de los cuales al menos 50 eran niños que fallecieron en sus casas o en la escuela. Otras 1.200 personas han resultado heridas.
Muchos comparan ya la brutalidad de los ataques contra Ghouta con lo que sucedió en Alepo, una ciudad histórica que quedó casi completamente destruida.
La organización Save the Children ha denunciado que las principales víctimas de esta ofensiva son los niños, “que están siendo privados de comida y bombardeados y no tienen la oportunidad de escapar”. Las escuelas, lejos de ser un lugar seguro para los niños, tal y como exige el derecho internacional, están siendo atacadas todos los días, poniendo en grave peligro la vida de niños y profesores y vulnerando el derecho internacional.
Desde comienzos de año 45 escuelas han sido atacadas en la parte oriental de Ghouta, de las cuales 11 han sido completamente destruidas. Otras escuelas han tenido que cerrar debido al peligro que supone para los niños acudir a ellas.
El bombardeo de Ghouta Oriental se intensificó el 18 de febrero, lo que generó temores de un inminente asalto terrestre. Al día siguiente, la ONU pidió un alto el fuego inmediato al considerar que la espiral de violencia estaba fuera de control. Al día siguiente se produjo el bombardeo más brutal hasta ahora, que se saldó con 127 civiles muertos, de los cuales 39 eran niños.
La reacción de UNICEF ante esta escalada de la violencia ha sido emitir una declaración que consistió en una página en blanco, seguida del siguiente texto:
«Ya no tenemos palabras para describir el sufrimiento de los niños y nuestra indignación. ¿Acaso quienes infligen el sufrimiento tienen palabras para justificar sus actos bárbaros?»