Las condiciones de vida de los refugiados en las islas griegas son un riesgo ante la llegada de las bajas temperaturas
A menos que Europa aumente urgentemente su apoyo a decenas de miles de refugiados en Grecia, las duras condiciones invernales pueden costar vidas entre las familias más vulnerables, que viven en condiciones miserables, según han comenzado a alertar las organizaciones humanitarias que trabajan en el terreno. El invierno pasado se cobró varias vidas entre los refugiados por culpa de las bajas temperaturas y las condiciones en las que viven éstos.
En el campo de refugiados de Lesbos ya se ha superado la capacidad de acogida y las condiciones empeoran cada semana, según ha denunciado el Consejo Noruego para los Refugiados, una de las ONG más importantes del mundo. Algunos días han llegado a Lesbos hasta 150 personas, a un centro -Moria- que ya ha rebasado su capacidad máxima.
En Moria viven en condiciones cada vez peores cerca de 9.000 refugiados, en un espacio previsto para 3.000. Ante la llegada de las bajas temperaturas, no hay suficientes mantas, ropa de invierno o espacio para todas las personas que viven allí. Las instalaciones -agua y saneamiento- son también inadecuadas e insuficientes, y además se carece de espacio para ampliar las instalaciones.
Los representantes de las ONG piden a Europa que apoye a Grecia, financieramente, pero también abriendo sus fronteras o enviando a expertos a trabajar con los refugiados.
Las ONG recuerdan que, a pesar del riesgo que corren en el intento, los refugiados seguirán llegando, en condiciones cada vez más precarias y peligrosas, y con un nivel cada vez más alto de vulnerabilidad.
