Héctor Alonso
Un acuerdo de 2003 situó la frontera entre ambos países en Francia. Ahora Francia exigirá más dinero para mantenerla. También pedirán a Gran Bretaña que acepte más refugiados como parte del acuerdo
Francia espera que Gran Bretaña acepte más solicitantes de asilo y que pague más por la seguridad fronteriza si quiere mantener una frontera en el lado francés del Canal, según fuentes del gobierno francés citadas por Reuters.
La frontera de Gran Bretaña se extendió a Francia en virtud de un tratado bilateral firmado en 2003, conocido como el acuerdo de Le Touquet. La crisis migratoria sufrida en los últimos años, con centenares de personas viviendo cerca del Eurotúnel en el lado francés a la espera de cruzar el Canal y la puesta en marcha del Brexit están haciendo saltar por los aires el acuerdo.
El próximo jueves el tema se tratará, según ha informado Reuters, en la Cumbre anglo-francesa que se celebrará en Gran Bretaña y que reunirá a la primera ministra británica, Theresa May y al presidente francés, Emmanuel Macron. La prensa francesa ha recogido este fin de semana declaraciones del ministro del Interior francés, Gerard Collomb, que afirmó que esperaba que se pudiera acordar un “protocolo adicional” para modificar el acuerdo de Le Touquet. Durante su campaña electoral Macron ya había prometido modificar el acuerdo en su totalidad.
Si no se logra un acuerdo, Francia podría romper el acuerdo de Le Touquet y los dos países tendrían que restablecer las fronteras en cada lado del Canal de la Mancha, lo que no beneficiaría a ninguno de los dos países.
Respecto a la “factura” que supondrá la modificación del acuerdo, según fuentes francesas, se trata de decenas de millones de euros que tendrían que pagar los británicos. Algunos miembros del Partido Conservador británico, favorables al Brixit, han calificado las exigencias francesas como “absurdas”.
Macron viajará a Gran Bretaña dos días después de visitar Calais, el último punto de parada para los migrantes que intentan cruzar el Canal de la Mancha. Calais ha soportado la mayor parte de la crisis migratoria en Francia. Llegó a albergar, en un campamento informal conocido como “la jungla” a más de 10.000 migrantes que esperaban su oportunidad, hasta que el anterior presidente francés, François Hollande, ordenó derribarlo con excavadoras.
París se ha quejado de que soporta una gran parte de la carga financiera y maneja más casos de asilo. Gran Bretaña ha pagado 140 millones de euros en los últimos tres años del coste de la infraestructura fronteriza y de seguridad, y aunque el acuerdo no se modificara, la factura iba a aumentar en los próximos años.
Según fuentes citadas por Reuters, otras opciones serían que Gran Bretaña cofinanciara un centro de detención para inmigrantes sin papeles, organice vuelos de repatriación y colabore con las expulsiones.
Francia también está solicitando disposiciones legales para garantizar que Gran Bretaña acepte más refugiados, especialmente menores no acompañados.