Italia acelerará la expulsión de migrantes
El ministro del Interior de Italia, Marco Minitti, culpó a la lentitud del proceso de expulsión de los migrantes irregulares con el terrorismo, al vincular el atentado de Berlín, cometido por un tunecino, con la tardanza judicial para llevar a cabo su expulsión. El ministro, que compareció ayer en el Parlamento para anunciar que acelerará los procedimientos de expulsión y endurecerá las políticas de asilo en Italia, dijo que cuando un migrante recibe una negativa a su solicitud de asilo, puede apelar judicialmente, lo que prolonga el proceso hasta dos años.
Minitti recordó que el tunecino Anis Amri, autor del atentado de Berlín que mató a doce personas, había llegado a Italia en barco en 2011, fue internado en un centro de detención para su expulsión, y al no poder llevarse ésta a cabo por la falta de respuesta de Túnez, tuvo que ser liberado, tras lo cual salió de Italia. Minitti aseguró que los procedimientos de expulsión son demasiado lentos. «Si se hubiera llevado a cabo en un mes, no se habría producido el atentado», aseguró.
Según anunció en el parlamento, Italia acelerará las deportaciones de migrantes que considera no tienen derecho a permanecer en el país, y abrirá nuevos centros de detención para los que vayan a ser devueltos a su país. También aseguró que se iba a endurecer la política contra los migrantes. Ya en 2016 Italia rechazó más del sesenta por ciento de las 124.000 solicitudes de asilo que se recibieron, así que esta declaración permite suponer que las condiciones para recibir el estatuto de refugiado serán aún más duras. En 2015 se deportaron 4.000 personas, y aún no hay cifras de las deportaciones llevadas a cabo en 2016.
Italia registró un récord de 181.000 migrantes llegados en embarcaciones el año pasado. En lo que va de año, y a pesar de las bajas temperaturas, han llegado más de 9.000. Para el ministro italiano este dato demuestra que las mafias de contrabandistas que operan desde Libia lo hacen con total impunidad.
El gobierno italiano pretende acelerar las deportaciones multiplicando el número de centros de detención, donde se internan a los migrantes antes de deportarlos. Así, se pasará de los cuatro centros que hay actualmente a veinte, que tendrán un total de 1.600 plazas. Aún así, serán insuficientes para albergar a todos los migrantes sin permiso de residencia. Además, hay decenas de miles de migrantes que no han solicitado asilo. En los últimos tres años han llegado a Italia medio millón de migrantes, y hay 175.000 solicitantes de asilo en refugios esperando respuesta.