Más de un millón y medio de hondureños han quedado sin acceso a los servicios de salud básicos tras el paso del huracán Eta, que ha arrasado centros de salud y consultorios. Los vientos huracanados y las intensas lluvias han provocado además graves inundaciones, deslizamientos de tierras y daños en miles de hogares.
La tormenta ha estado causando estragos desde el 3 de noviembre, cuando comenzó a azotar partes de Centroamérica como un huracán de categoría 4. Cuando llegó a Honduras ya era una tormenta tropical, pero la destrucción ha sido enorme. Más de 1,6 millones de personas en todo el país se han visto afectadas. Al rededor de 12.000 personas están en albergues en situación precaria y en riesgo debido a la pandemia de COVID-19.
Instalaciones sanitarias cerradas
Nueve de los 18 departamentos del país se han visto afectados. Se estima que hay 3,3 millones de mujeres y niños viviendo en los departamentos afectados.
En el departamento de Cortés, el más afectado, por ejemplo, la mayoría de las instalaciones de salud han sido cerradas debido a daños, lesiones entre el personal de salud y carreteras bloqueadas.
Las autoridades dicen que la tormenta también está afectando significativamente la seguridad alimentaria, los medios de vida y la educación en toda la región. Las mujeres y las niñas enfrentan la amenaza adicional de la violencia de género; la vulnerabilidad a la violencia a menudo aumenta en contextos humanitarios.
