El Día de todas las Madres

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Madres esperando consulta en Guinea

El Día de todas las Madres

Alfonso Antona Rodríguez, antropólogo y especialista en Salud Sexual y Reproductiva
Madre no hay más que una… pero no todas las madres son iguales. La maternidad puede ser elegida o impuesta, atendida o maltratada, reconocida o ignorada, fuente de vida o un encuentro con la muerte. Todo depende del lugar donde ha tocado vivir.

 

 

Madres esperando consulta en Guinea
Consulta maternoinfantil en Guinea. Foto: Alfonso Antona

El Índice de las Madres se publica desde el año 2000 por Save the Children (1), este indicador recoge dónde ser madre puede ser una bendición o, por el contrario, una terrible maldición. No es casualidad que los países peor clasificados sean los más pobres del mundo. A raíz de la crisis económica internacional, la brecha de inequidad reflejada en la mortalidad maternal no ha hecho más que aumentar.

Clasificación del Índice de las Madres

Primeros 10

Últimos 10

LUGAR

PAÍS

LUGAR

PAÌS

1

Finlandia

169

Costa de Marfil

2

Noruega

170

Chad

3

Suecia

171

Nigeria

4

Islandia

172

Sierra Leona

5

Países Bajos

173

República Centroafricana

6

Dinamarca

174

Guinea-Bissau

7

España

175

Mali

8

Alemania

175

Níger

9

Australia

177

República Democrática Congo

9

Bélgica

178

Somalia

Fuente: Save de Children. Estado Mundial de las madres 2014. Algunos países están empatados y por eso figuran con el mismo lugar.

Alika y María están, cada una en su horgar, a miles de kilómetros distancia. Es el Día de la Madre. María ha recibido un collar de macarrones de su hija. De su hijo, aunque no fuma, un cenicero de barro en el que se ha grabado con un palillo ”a la mejor madre” y un perfume que se anuncia en televisión de parte de su esposo. Mina revuelve las gachas de mijo y, en silencio, sufre porque no sabe si hoy habrá suficiente para toda la familia. Sí sabe que, en el caso de que alguien se quede hoy sin comer, como siempre, será ella.

Tal y como les sucede a 39.000 niñas-esposas cada día, Alika contrajo matrimonio siendo adolescente. Su familia la buscó un “buen esposo” 20 años mayor que ella. Por “fortuna” no tardó mucho en quedarse embarazada y evitó ser repudiada. En algunos países, una niña de cada 10 tiene descendencia antes de los 15 años. Ser madre adolescente puede convertirse en una tragedia, que sufren cada día 200.000 (2)  niñas, de las cuales 200 morirán por complicaciones en su embarazo o parto. 

La inequidad es vergonzante. Si una mujer nace en Sierra Leona su esperanza de vida será de 45,8 años; de hacerlo en España, casi el doble, 85,3. Por término medio (tasa de fecundidad) una mujer de África Occidental tendrá 5,5 hijos, una española 1,5. El riesgo de que una mujer muera a lo largo de su vida por causas relacionadas con la maternidad es 1 entre 160 en un pais pobre y de 1 entre 3.700 en otro económicamente desarrollado. No hay que olvidar que la mortalidad materna está íntimamente ligada a la infantil: cada año mueren cerca de 3 millones de recién nacidos y otros 2,6 millones lo hacen antes de nacer. La mortalidad infantil, sobre todo de niñas, se triplica si muere la madre.

Alika, que tiene 24 años, ha sobrevivido a ocho embarazos y cinco hijos. Ella ha tenido suerte, una hermana falleció en el parto y otra durante el embarazo. Por término medio las mujeres que viven en países económicamente menos avanzados tienen mayor número de embarazos y, en consecuencia, mayor riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Por estas causas cada año mueren alrededor de 300.000 mujeres, más o menos 800 al día. Muertes que en un 80% son prevenibles (hemorragias graves, infecciones, hipertensión gestacional y abortos peligrosos) y, por tanto, son injustas. La percepción de injusticia se exacerba cuando sabemos que evitar una de estas muertes no costaría más de siete euros por mujer.

Las mujeres pobres y que viven en zonas rurales tienen tres veces más probabilidades de quedar embarazadas y sin servicios de salud. En la comunidad rural donde vive Alika, no hay ningún dispositivo de salud, el más próximo está a 47 kilómetros. Las carreteras están en muy mal estado, en caso de urgencia, no hay ningún vehículo disponible en su pueblo. Además, grupos de militares y rebeldes campan a sus anchas por los caminos. Cualquier complicación puede ser letal. En demasiados lugares del planeta las mujeres que reciben atención durante el embarazo o el parto no llegan al 50%.
Más de la mitad de las muertes de madres y personas menores de cinco años se dan en lo que se han dado en llamar Estados frágiles, muy vulnerables a los conflictos bélicos y los desastres naturales. En esta fragilidad viven 250 millones de personas menores de cinco años. El 95% de las víctimas de un desastre natural se producen en países pobres, donde las mujeres, las niñas y los niños, en caso de desastre, tienen hasta 14 veces más probabilidad de morir que los hombres.
Las actuales crisis internacionales, han provocado más de 45 millones de personas desplazadas y se prevé que 80 millones necesitarán asistencia humanitaria. A modo de ejemplo; la guerra en Siria se ha saldado, por el momento, con la negra cifra de 1,3 millones de niñas y niños desplazados y más de 650.000 mujeres huidas de sus hogares, con el macabro número de mil asesinatos (3) de mujeres, niñas y niños cada mes.
En la eterna guerra civil que se dirime en la República Democrática del Congo, de las 5,4 millones de muertes producidas en el conflicto, sólo el 10% han ocurrido en combate. Por cada persona que muere como consecuencia de la violencia armada entre 3 y 5 más morirán de forma indirecta a causa de enfermedades, complicaciones de salud y desnutrición. La violación, al igual que en otros conflictos bélicos, es utilizada de forma sistemática como arma de guerra, dejando un reguero de enfermedad, muerte, miseria y sufrimiento.
En el año 2000, en la mayor reunión de jefes de estado de la historia, se comprometieron, a través de los Objetivos del Milenio, a reducir entre 1990 y 2015, en tres cuartas partes de la mortalidad materna y a la cobertura universal de asistencia especializada al parto. Es justo reconocer que, en las últimas décadas, la razón de mortalidad materna (número de mujeres que mueren por cada 1000.000 nacidos vivos) ha disminuido en todo el mundo a un ritmo de 2,6% al año. Sin embargo, seguimos lejos de las metas que se plantearon, para conseguirlo el ritmo tendría que haber sido de 5,5% anual, el doble.
Ninguna mujer puede ni debe morir por no tener atención cualificada en el embarazo y el parto o por no poder disponer de la asistencia necesaria cuando aparece una urgencia obstétrica. Obviando la necesidad de compromiso político, existen medidas efectivas como la educación –sobre todo de las mujeres y niñas-, el respeto a los derechos humanos, la inversión en salud materna, la protección de la maternidad y la infancia y, como no puede ser de otra forma, el empoderamiento de las mujeres que les permita dirigir sus vidas frente a estructuras sexistas y patriarcales que propician la violencia sexual y de género. Es preciso que todas las madres y recién nacidos tengan una asistencia de calidad, con independencia del país donde vivan y la crisis en la que se encuentren implicados, eso pasa por invertir en las mujeres y en las niñas. Ante un conflicto o una emergencia, es preciso minimizar el impacto negativo sobre las madres y la infancia.
Hay esperanza, y en diferentes partes del mundo se han puesto en tarea, por ejemplo, las medidas tomadas en Pakistán y Burkina Faso, ha supuesto que en el período comprendido del año 2000 al 2008, aumentaron los partos asistidos por personal capacitado en un 20%. Otro ejemplo, la experiencia acumulada en Acción Humanitaria, durante los últimos desastres naturales, ha tenido como consecuencia el desarrollado de respuestas de emergencia en salud materno-infantil eficaces como el Paquete de Servicios Mínimos para la Salud Reproductiva o la inclusión de la perspectiva de género en algunos protocolos internacionales de ayuda humanitaria.
Probablemente, el mejor regalo que se les pueda hacer a todas las madres del globo en el Día de las Madres, sea facilitar el acceso a métodos anticonceptivos adecuados y que las mujeres puedan decidir sobre su descendencia, disponiendo cuándo, dónde, así como en qué forma y
medida quieren ser madres. Ojala que todas las madres del mundo puedan tener su collar, en el que las cuentas no sean macarrones sino perlas de respeto, justicia, derechos, salud, paz y fraternidad. Feliz día, en justicia y equidad, a todas las madres del mundo.

3  Fuente: Violations Documenation Center, disponible en: http//www.vdc-sy.info/index.php/en/ A 16 de marzo de 2014.transformation of the future. UNICEF, WHO, The World Bank, United Nations Population Division. The Inter-agency Group for Child Mortality Estimation (UN IGME). Levels and Trends in Child Mortality. Report 2013. New York, USA: UNICEF; 2013. WHO. World Health Statistics 2014. Geneva, World Health Organization; 2014UNFPA. State of world population 2014. The power of 18 billion. Adolescents, youth and the 2  Los datos y estadísticos contemplados en este documento han sido recogidos de varias fuentes:1 Estado Mundial de las Madres 2014. Salvemos a las madres y la infancia durante las crisis humanitarias Save de  Children, mayo 2014. Documento tomado de: www.savethechildren.org

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