El éxodo desde los países centroamericanos no se ha detenido a pesar de las dificultades que los migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos se están encontrando por el camino. Desde mediados de enero hasta hoy, apenas dos semanas, más de 12.000 personas han cruzado la frontera entre Guatemala y México. De ellos, más de 3.000 son niños.
UNICEF, la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia, que está monitoreando ese movimiento de población sin precedentes en Centroamérica, ha contabilizado más de 3.000 menores de edad que están viajando de un país a otro con el objetivo de alcanzar la frontera de Estados Unidos. Más de 12.000 personas han cruzado desde el 17 de enero la frontera de Tecun Uman (Guatemala) y Tapachula (México) y muchos de los niños están viajando solos.
Según los datos de UNICEF durante 2018 más de 30.000 niños procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador fueron ingresados temporalmente en centros de detención, algo que UNICEF y otras organizaciones dedicadas a la infancia, rechazan, insistiendo en que los niños deben ser protegidos durante este viaje y ellos y sus familias mantenidos fuera de los centro de detención, especialmente los que viajan solos.
A pesar de que México está haciendo un esfuerzo, las condiciones en las que permanecen en tránsito las personas que llegan desde Guatemala no son las adecuadas. En el centro de migración de Tapachula hay actualmente más de 1.000 personas, entre las que hay niños y niñas. Tienen acceso a alimentos, salud y actividades para los niños, pero las condiciones no son las ideales. Muchos duermen en el suelo y en los pasillos y tampoco saben cuándo podrán seguir camino.
El nuevo gobierno mexicano se ha comprometido oficialmente a poner fin a la detención de todos los niños migrantes. UNICEF y otras organizaciones están apoyando de cerca estos esfuerzos al ayudar a desarrollar alternativas a la detención.
«Muchos de estos niños y jóvenes están intercambiando el trauma de la violencia y la pobreza en casa por el trauma del desplazamiento y la incertidumbre mientras están en movimiento», según UNICEF. «La esperanza de un futuro mejor y más seguro que los mantenga en marcha está cada vez más fuera de nuestro alcance».