La intensidad de los combates ha obligado a huir a miles de personas a otras partes de la ciudad
Tras la última ofensiva emprendida por el ejército sirio y sus aliados, la zona rebelde de Alepo ha quedado dividida en dos partes, lo que ha obligado a miles de personas -16.000 según ACNUR- a trasladarse desde la zona norte a la zona sur. Ya no queda ningún hospital operativo en el área ocupada por los rebeldes y se están acabando los alimentos, según alertó ACNUR. La intensificación de los combates en tierra y los bombardeos aéreos indiscriminados durante los últimos días sobre la parte oriental de Alepo han matado y herido a decenas de civiles, según denunció ACNUR a través de su máximo representante, Stephen O´Brian, quién aseguró que las estructuras civiles, como los hospitales, se han destruido a propósito.
La Media Luna Roja Árabe y las ONG locales han iniciado una respuesta a los desplazados. La ONU también está presente en el terreno con suministros preparados para complementar la respuesta y proporcionar asistencia inmediata y evacuaciones médicas para los civiles.
«Las partes en el conflicto en Siria han demostrado una y otra vez que están dispuestos a emprender cualquier acción para obtener ventaja militar, incluso si ello significa matar, mutilar o dejar hambrientos a los civiles», dijo O´Brian.
Alepo, sin embargo, no es la única ciudad de Siria donde los civiles están sufriendo las consecuencias de la guerra. OTras 700.000 personas viven en zonas asediadas, la mayoría en la zona rural de Damasco, rodeadas por fuerzas del ejército sirio. Al igual que en Alepo, estas personas tampoco tienen protección ni acceso a material médico, por ejemplo. «El tiempo se agota», insistió O´Brien.
Una vez más, el mandatario de la ONU recordó la necesidad de respetar el derecho internacional humanitario, que protege a los civiles y a las infraestructuras civiles, como los centros médicos y hospitalarios.