En 22 países afectados por conflictos viven 109,2 millones de niños, de los cuales casi 24 millones de niños en edad escolar (entre seis y 15 años) han dejado de ir a la escuela, según un informe presentado ayer por UNICEF. Sudán del Sur es el país donde hay una mayor proporción de niños sin escolarizar, con más de la mitad (51%) de los niños en edad de primaria y secundaria sin acceso a la educación. Níger ocupa el segundo puesto, con un 47% de niños que no pueden asistir a la escuela, seguido de Sudán (41%) y Afganistán (40%).
«Los niños que viven en países afectados por conflictos han perdido sus hogares, familiares, amigos, seguridad y hábitos de estudio. Ahora, con dificultades para aprender incluso lo básico, como la lectura o la escritura, están en riesgo de perder su futuro y dejar de lado la oportunidad de contribuir a sus economías y sociedades cuando llegan a la edad adulta «, dijo el responsable de Educación de UNICEF Jo Bourne.
En los países afectados por conflictos, la recogida de datos sobre los niños es extremadamente difícil y por lo tanto estas cifras pueden ser incluso peores.
UNICEF teme que si no se da prioridad a la provisión de educación en situaciones de emergencia, una generación de niños que viven en conflicto crecerá sin las habilidades que necesitan para contribuir a sus países y economías, lo que agrava la situación ya desesperada de millones de niños y sus familias. La educación sigue siendo uno de los sectores menos financiados en los llamamientos humanitarios. En Uganda, donde UNICEF está proporcionando servicios a los refugiados de Sudán del Sur, la educación se enfrenta a un déficit de financiación del 89%.
«La escuela prepara a los niños con el conocimiento y las habilidades que necesitan para reconstruir sus comunidades una vez que el conflicto ha terminado, y en el corto plazo que les proporciona la estabilidad y la estructura necesaria para hacer frente al trauma que han experimentado. Las escuelas también pueden proteger a los niños de los peligros de traumas físicos. Cuando los niños no están en la escuela, se enfrentan a un mayor riesgo de abuso, explotación y reclutamiento en grupos armados», continuó Jo Bourne.
Durante los episodios de inestabilidad y violencia, las escuelas se convierten en algo más que un lugar de aprendizaje. UNICEF está trabajando para crear un ambiente seguro donde los niños pueden aprender y jugar para restablecer la normalidad en sus vidas.A pesar de estos esfuerzos, las restricciones de seguridad y la escasez de fondos están afectando a la educación y la distribución de los materiales de aprendizaje en situaciones de conflicto.