El asalto definitivo de la ciudad se podrían producir en las próximas semanas
Cien días después de que comenzaran las operaciones militares para retomar Mosul, las organizaciones humanitarias que trabajan en el terreno han expresado en un documento su preocupación por la difícil situación de los cerca de 750.000 civiles que aún viven en los sectores occidentales de la ciudad y por la suerte que podrían corren una vez que las tropas aliadas del ejército de Irak ataquen esa zona. Se prevé que el ataque podría iniciarse en las próximas semanas.
La coordinadora humanitaria de Naciones Unidas, Lisa Grande, ha expresado su deseo de que las operaciones que se inicien se hagan con el menos riesgo posible para los civiles.
Cuando se supo que se iba a iniciar la reconquista de Mosul se previó que hasta un millón de
civiles podrían verse afectados por los combates. Hasta la fecha, 180.000 personas han huido de los sectores orientales de la ciudad, pero más de 550.000 civiles han permanecido en sus hogares.
Las instituciones internacionales y ONG han estado trabajando lo más rápidamente posible para proporcionar asistencia directa para salvar vidas. Casi 600.000 personas han recibido alimentos, 745.000 personas se han beneficiado de agua y saneamiento y 370.000 personas han solicitado atención médica. El ochenta y cinco por ciento de las personas desplazadas de Mosul se alojan en trece campamentos de desplazados y en sitios de emergencia construidos por el Gobierno y sus asociados. Diez de estos campamentos ya están llenos, y cuatro de ellos se están ampliando. Otros siete están en construcción.
Según Grande, la situación en Mosul occidental es agustiosa: no se puede acceder a esa parte de la ciudad, donde se sabe que la situación es muy mala para los habitantes: hay escasez de alimentos, por lo que los precios se han disparado. Los suministros de agua y electricidad sufren cortes constantes y tampoco hay combustible para calentar los hogares.
Cuando se inicie la ofensiva pueden suceder dos cosas: o un éxodo masivo, o un asedio con la población atrapada en el interior de la ciudad. En ambas situaciones se podrían producir numerosas víctimas civiles por el fuego cruzado, o al ser usadas como escudos humanos.
La situación en el resto del país es desastrosa, com más de tres millones de irakíes fuera de sus hogares. Las organizaciones humanitarias creen que la Comunidad Internacional debería permanecer en el país una vez acabe la guerra para ayudar a su reconstrucción.