Con el séptimo y crudo invierno de guerra, millones de personas en Siria se enfrentan a una situación desesperada, obligadas a huir de las intensas operaciones militares que se están desarrollando en el norte del país. Huyen de la guerra, pero sin un lugar donde guarecerse y sin recursos para enfrentarse a las duras condiciones meteorológicas, según ha alertado Naciones Unidas.
Actualmente se calcula que más de 13 millones de personas necesitan ayuda básica y protección. Los enfrentamientos armados al sur de Idleb y en la zona de Hama, en el noroeste de Siria han provocado centenares de muertos y heridos entre la población civil, y el desplazamiento de miles de personas. También sucede lo mismo en el área asediada de Ghouta oriental, dañada por ataques aéreos y bombardeos que han dañado las infraestructuras civiles, incluyendo el único centro médico de emergencia, que ha quedado inoperativo y provocado numerosos heridos y muertos.
Desde principios de diciembre los enfrentamientos han desplazado a decenas de miles de civiles, que ya se encuentran en circunstancias extremas. Los desplazados llegan a áreas que ya se encuentran al límite de su capacidad o que carecen de los recursos necesarios para atender a tantos recién llegados.
Para tratar de mejorar la situación de la población civil se espera que el responsable de ayuda humanitaria de la ONU, Mark Lowcock, visite Siria del 9 al 12 de enero, donde se reunirá con representantes del gobierno para discutir cómo mejorar el acceso a los civiles y la entrega de material humanitario.