Los seis países más ricos -que suman más de la mitad de la economía mundial- acogen a menos del nueve por ciento de los refugiados del mundo, mientras que los países más pobres acogen al resto: más del 90 por ciento, según datos de la ONG internacional Oxfam ofrecidos en un informe reciente. Sólo Alemania ha hecho un esfuerzo para acoger a los refugiados, en una cifra mucho mayor que el resto de las potencias mundiales.
Como contraste, Jordania, Turquía, Palestina, Pakistán y Líbano, han recibido a más de la mitad de los 21,3 millones de refugiados, a pesar de sumar tan sólo el 2 por ciento de la economía mundial.
Más de 65 millones de personas han abandonado sus hogares a causa de conflictos y la violencia, 40,8 millones dentro de sus propios países, 21,3 millones son refugiados en otros países y 3,2 millones de personas están a la espera de las decisiones de asilo -los niveles más altos desde que comenzaron los registros-. El conflicto en Siria es el más llamativo, pero la gente también huyen de la violencia en el sur de Sudán, Burundi, Irak y Yemen, entre otros países.
El reciente acuerdo entre los gobiernos de Europa y Turquía, que ha dejado a miles de hombres, mujeres y niños detenidos en Grecia en condiciones a menudo deplorables, va en contra del espíritu de la ley internacional y establece un peligroso precedente. Al anunciar el cierre del campo de refugiados de Dadaab, el gobierno de Kenia dijo que si Europa podría rechazar a los sirios, Kenia podría hacer lo mismo con los somalíes.
El próximo mes de septiembre se celebrará en Nueva York una Cumbre Mundial sobre Refugiados y Migración y organizaciones como Oxfam quieren presionar para que los gobiernos de los países ricos se comprometan a hacer más para ayudar a los países más pobres que acogen a la mayoría de refugiados y para proteger a quienes se ven obligados a huir de sus hogares.
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WEB de Oxfam
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