Según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), más de 150 niños han muerto intentando atravesar el Mediterráneo central desde el norte de África hasta Italia en lo que va de año. Sin embargo, el número real de víctimas infantiles podría ser incluso mayor, ya que muchos niños viajan sin acompañar y nadie informa de sus muertes.
Desde el comienzo del año, casi 37.000 refugiados y migrantes, de los cuales el 13% son niños, han llegado a Italia por vía marítima a través de la ruta del Mediterráneo central, lo que supone un aumento del 42% en comparación con el mismo período de 2016. Este aumento se produce a pesar de los graves riesgos que suponen viajar por una de las rutas de migración más peligrosas del mundo. Al menos 849 personas se han perdido en el mar a lo largo de la ruta desde enero.
Para Afshan Khan, Director Regional de UNICEF y Coordinador Especial para la Crisis de los Refugiados y Migrantes en Europa,»es profundamente preocupante que las personas vulnerables, incluyendo a miles de niños, arriesguen sus vidas para llegar a las costas de Europa usando esta ruta increíblemente peligrosa. Esta es otra evidencia de que cuando los caminos seguros y legales a la migración son cortados, los niños desesperados y las familias harán todo lo posible para huir del conflicto, la pobreza y la depravación».
Estos días, con las aguas más tranquilas y mejores temperaturas, están aumentando los intentos de cruzar por esa ruta. Tan sólo durante el pasado fin de semana más de 8.300 personas fueron rescatadas entre Libia e Italia. Al menos ocho inmigrantes perdieron la vida. La tasa de letalidad para la ruta migratoria en el Mediterráneo central se sitúa actualmente en el 3% para 2017.
El número de niños no acompañados y separados que arriesgan sus vidas en el Mediterráneo central también ha aumentado dramáticamente, con 1.875 niños llegados a Italia durante enero y febrero de este año, un 40 por ciento más que en el mismo período del pasado año.
