168 cubanos que trataban de llegar a España desde Moscú, atrapados tras el cierre de las fronteras
Reportaje de Thomson Reuters Foundation.
Mientras la nieve cae fuera de un centro para migrantes cerca de la ciudad serbia de Adaševci, una familia numerosa cubana se acurruca en su dormitorio, jugando con sus teléfonos móviles para pasar el rato. La pequeña habitación de Tania Hernández, que comparte con seis miembros de la familia, está muy lejos de la soleada ciudad de La Habana, la capital caribeña que dejó atrás en agosto del año pasado.
«Decidimos irnos porque en Cuba no hay libertad, estábamos muy cansados de tanta represión, era demasiado», dice Tania, madre de tres niños.
Esta familia es parte de un pequeño pero creciente número de cubanos que viajan por los Balcanes hacia España, según la Organización Internacional de las Naciones Unidas para las Migraciones (OIM).
La complicada ruta migratoria de Cuba a España a través de Rusia y los Balcanes se hizo evidente en el momento álgido de la crisis migratoria europea en 2015. La ruta es atractiva porque los cubanos no necesitan visado para ir a Rusia. Desde allí intentan entrar en la Unión Europea.
De los 7.700 migrantes que viven en Serbia, 6.500 están alojados en campamentos administrados por el gobierno, la mayoría de los cuales proceden de Afganistán, Pakistán, Irak, Irán y Siria. De ellos 168 son cubanos, detenidos de momento en Serbia por las bajas temperaturas y el cierre de fronteras.
Este grupo creyó que sería más fácil intentar llegar a España desde Rusia que viajar a Estados Unidos.
Las razones para marcharse de Cuba no son las mismas que las del resto de migrantes en Serbia. No huyen de la violencia ni de la miseria. Buscan iniciar de nuevo su vida y buscar otras oportunidades.
Hernández y su marido vendieron su casa para financiar el vuelo de la familia a Moscú, donde podían acceder libremente a internet para planear su viaje a España. Pero después de haber pasado cinco meses con otros mil migrantes en este hotel convertido en refugio, el entusiasmo inicial de la familia ha comenzado a desaparecer.
«El día a día aquí es desalentador, la gente no nos trata mal, nos dan un techo y comida … pero el problema es la desesperación», dice Hernández. «Llevamos aquí cinco meses y nadie nos da ninguna información, sólo nos dicen: ‘Tienes que esperar, tienes que esperar, tienes que esperar'».
Dado que su familia sólo habla español, Hernández dijo que no buscará asilo en Serbia, debido a las barreras lingüísticas, y que prefiere España a Alemania, donde la mayoría de los migrantes solicitan asilo.
En el año 2016 hubo ochenta solicitantes de asilo cubanos en España y cuarenta y cuatro casos en 2015, pero ningún cubano ha sido oficialmente reasentado en España desde 2010, según ACNUR.
En la OIM creen que habrá más cubanos que intentarán llegar a España a través de esta ruta, a pesar de que no hay manera legal de llegar desde Serbia a España.
La situación es peor para los hijos de esta familia, una adolescente de trece años y un niño de nueve. No tienen acceso a la educación, amigos o nada que hacer. Echan de menos a sus amigos y a su escuela.
A pesar de estas dificultades el padre de familia dice que no se arrepiente de la decisión tomada. Aún tiene esperanzas de lograr su sueño de llegar a España.