Héctor Alonso
Martínez Maíllo ha insistido en que la “renuncia” de Soria no tiene nada que ver con el ejercicio de sus funciones como ministro. Ya. Su ejercicio como ministro de Industria ha sido nefasto, escorado descaradamente a favor de las hidroeléctricas y las petroleras. La prensa internacional, como Forbes, una revista poco sospechosa de izquierdismo, criticaba duramente a Soria, llegando a la burla, por “su ocurrencia de ponerle un impuesto al sol”, en uno de los países con más instalaciones fotovoltáicas del mundo y con más horas de sol aprovechables. Bien es cierto que Forbes defiende los fondos de inversión que han puesto su dinero en la antaño poderosa industria fotovoltaica española, arruinada en parte gracias a la gestión del ya exministro.
Lo peor de Soria, sin embargo, es que ha sido un ministro completamente insensible al drama de muchos de sus compatriotas, aplastados por una crisis económica que les ha llevado a la pobreza energética. Hace ya algunos meses escribimos sobre este asunto, pero conviene insistir porque no hemos avanzado nada en la lucha contra este problema.
Desde 2007 la factura del suministro eléctrico ha subido más de un 60 por ciento, mientras que los salarios han disminuido y más de dos millones de familias no cuentan con ningún ingreso. La pobreza energética, según la Organización Mundial de la Salud, tiene una relación directa con el 30 por ciento de los fallecimientos de más que se producen en invierno. En España supone unas 7.000 muertes al año que podrían ser evitables en su mayoría.
¿Qué ha hecho Soria frente a este grave problema social? Nada. Tampoco el PSOE, que cuenta con unos cuantos exministros en los consejos de administración de las hidroeléctricas, nombrados, precisamente, para que su partido no tome iniciativas en este sentido.
Bien. Soria ya no es ministro. Ha cesado, dimitido o renunciado, obligado por las revelaciones de los “papeles de Panamá”, no por su gestión como ministro, que ahora los portavoces del PP se apresuran a defender a pesar de haber sido pésima. Lo malo es que, sea quien sea el siguiente ministro de Industria, al gobierno le seguirá dando igual que varios millones de españoles no puedan pagar la luz y la calefacción.
@hdelosrios2
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