Más de 6.000 personas vivían en condiciones penosas bajo el control de las mafias
La Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR), comenzó a entregar ayer los primeros lotes de ayuda humanitaria a los refugiados y migrantes atrapados en Sabratha, una ciudad situada a 80 kilómetros de Trípoli, después de tres semanas de combates entre el ejército libio y los grupos armados que mantenían el control de la zona.
El representante de ACNUR, Roberto Mignone informó de que los combates habían producido también muchos desplazados entre la población local y enumeró las necesidades más urgentes de la población: alimentos, agua y asistencia médica, sobre todo.
Después de tres semanas de combates el ejército de Libia ha tomado el control de varios centros de detención controlados por contrabandistas y traficantes de personas y donde más de 6.000 migrantes y refugiados vivían en condiciones penosas.
Las autoridades libias han comenzado su traslado a los centros oficiales de detención. Unas 3.100 personas ya han sido enviadas a un centro de detención oficial en la zona de Dahman, en Sabratha. Entre ellos se encuentran niños refugiados y mujeres. ACNUR envió dos camiones con asistencia humanitaria de emergencia al centro de detención oficial, que incluía 3.000 mantas y colchonetas, 2.800 kits de higiene y 350 kits para bebés. Hoy se esperaban otros dos camiones con más ayuda.
ACNUR también se ha dirigido a las autoridades para garantizar que los refugiados detenidos sean puestos en libertad de inmediato y trasladados a un lugar seguro, donde se les pueda proporcionar asistencia de emergencia adicional, incluido un refugio para los más vulnerables.