Tras cuatro años de conversaciones celebradas en Cuba, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño (conocido por su nombre de guerra Timochenko), firmaron el histórico acuerdo en suelo colombiano con una pluma hecha con el casquillo de una bala, en una ceremonia celebrada en Cartagena de Indias a la que asistió el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente cubano Raúl Castro y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Kerry aseguró que Washington estudiará si elimina a las FARC de su lista de organizaciones terroristas y prometió 390 millones de dólares para apoyar el proceso de paz en Colombia durante el próximo año. Por su parte, la Unión Europea retiró la clasificación de organización terrorista a las FARC ayer lunes.

Los colombianos votarán el domingo en un referéndum para ratificar el acuerdo, pero se espera, según las encuestas, que se decanten por el sí. Tras la firma, que se cerró con un apretón de manos entre el mandatario colombiano y el líder de la guerrilla, se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la guerra -un cuarto de millón de fallecidos, decenas de miles de desplazados, mutilados y secuestrados-. Timochenko pidió perdón a las víctimas de las FARC. Las FARC ahora concurrirán como partido político a las elecciones, una vez abandonada la violencia.

Oposición al acuerdo

A pesar del optimismo general y las muestras de alegría de los ciudadanos en las calles, los opositores del acuerdo se han hecho también oir, como el expresidente Álvaro Uribe, que considera que el acuerdo permitirá a los ex guerrilleros entrar en el parlamento sin haber sufrido condena por sus actos. Uribe pidió, junto con decenas de manifestantes en las calles de Cartagena de Indias mientras se firmaba en acuerdo, que los ciudadanos voten "no" el domingo.



Artículos relacionados

Jueves, 21 de Julio de 2016 Lecciones del proceso de paz de Colombia