las cinco grandes crisis

La guerra de Siria, los refugiados en Europa, la guerra civil en Sudán del Sur, la hambruna en el Sahel e Irak, no son las únicas crisis humanas que está viviendo la comunidad internacional actualmente, pero estas cinco están poniendo al borde del colapso la capacidad de las estructuras internacionales de ayuda humanitaria. También están demostrando la incapacidad de la propia comunidad internacional para poner fin a unas crisis que han provocado el mayor número de desplazados y refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.

La guerra civil de Siria es una de las más devastadoras de las últimas décadas. Hasta 2015 habían muerto más de 220.000 personas y la violencia ha provocado la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial: más de cuatro millones de personas han huido a otros países. Las principales ciudades del país han quedado devastadas y el 40 por ciento de la población se encuentra en situación de crisis: dificultad para obtener medios de sustento, de acceso al agua potable, a medicamentos o a tratamientos médicos. Millones de niños y de jóvenes han perdido el acceso a la educación. Se trata de la mayor crisis humana y la más complicada del panorama internacional. Es fuente, asimismo, de otras crisis, como la de los refugiados en Europa y está colapsando la capacidad de atender a los refugiados de los países vecinos, como Turquía (2.749.140 refugiados sirios registrados), Líbano (1,5 millones estimados), Jordania (1.265.000 estimados).

En este momento, más de 200.000 personas se encuentran atrapadas en la parte oriental de la ciudad de Alepo, sometidas a un asedio por parte de las tropas gubernamentales y bombardeadas constantemente por la aviación siria y rusa. Rusia anunció un plan de evacuación, con la apertura de corredores humanitarios, a finales de julio, pero el plan ha sido rechazado por las organizaciones humanitarias, que creen que no hay garantías para la integridad de los civiles que decidan abandonar la ciudad ni por supuesto para los combatientes. Los habitantes atrapados tienen grandes dificultades para acceder a los alimentos, y los hospitales han sido bombardeados.

A lo largo de 2015 llegaron a Europa más de un millón de refugiados y migrantes a través del Mediterráneo central o de las islas griegas, procedentes de Turquía. La mayor parte son refugiados sirios que huyen de la guerra, y un elevado porcentaje son mujeres y niños, muchos de los cuales viajan solos. Tan sólo en Grecia hay más de 60.000 refugiados, que quedaron atrapados tras el cierre de las fronteras europeas.

Grecia está desbordada por la avalancha de migrantes y refugiados y se está enfrentando al problema con escasos recursos. Después del cierre de los campos más conocidos, como Idomeni, se ha procedido a reinstalar a los refugiados en recintos que no cumplen las condiciones de habitabilidad exigibles: fábricas abandonadas, por ejemplo. En este sentido, las autoridades sanitarias griegas recomendaron el cierre de las 16 instalaciones donde se había trasladado a los refugiados y migrantes, tras considerar que no cumplen las condiciones sanitarias mínimas y que pueden suponer un riesgo para la salud pública.

Desde el comienzo del éxodo masivo de sirios, cada día fallecen ahogados dos niños, de media. En un año han perdido la vida más de 3.200 personas en el Mediterráneo, lo que constituye un fracaso de la estrategia de control marítimo desplegada por la Unión Europea. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras han rescatado ya miles de personas en el mar, pero muchas siguen muriendo cada día.

Sudán del Sur es el país más joven del concierto internacional, con apenas un lustro de existencia. Surgió tras un acuerdo de paz después de una larga guerra civil que enfrentaba al norte de Sudán, musulmán, con el sur. Tras la separación, Sudán del Sur apenas ha disfrutado de la paz en este corto período de independencia. Dentro de sus fronteras quedaron tres cuartas partes de los ricos yacimientos de petróleo del país, mientras que las refinerías y los oleoductos que llevaban a los puertos por los que se exportaba el petróleo, han quedado en el norte. Ahora el país se enfrenta a una guerra civil entre el gobierno y un sector del Ejército, apoyado por el gobierno del norte. Están en juego intereses petrolíferos, en los que China había efectuado grandes inversiones. A éste respecto, se ha puesto en evidencia que China está suministrando armamento a los rebeldes a través del gobierno del norte.

Los enfrentamientos armados han provocado la inseguridad en el país, centenares de miles de desplazados y la inseguridad alimentaria de al menos 2,8 millones de personas (la cuarta parte de la población del país). Las agencias internacionales creen que 40.000 personas están en grave riesgo si no reciben ayuda alimentaria inmediata. Además, decenas de miles de sudaneses del sur están abandonando el país para refugiarse en los países vecinos. Según los expertos, se avecina una crisis de proporciones castastróficas.

Esta zona de África se ve azotada periódicamente por las crisis alimentarias provocadas por la sequía y las epidemias. Actualmente la situación de crisis crónica se está viendo agravada por los conflictos y la violencia. En este momento, 18 millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente.

Los enfrentamientos armados en el noroeste de Nigeria han provocado el desplazamiento interno de más de un millón de personas, y 150.000 nigerianos han buscado refugio en Níger, Chad y Camerún. En total, la zona suma 2,8 millones de desplazados (datos de 2015), que pueden aumentar rápidamente.

La inestabilidad en el norte de Malí está provocando desabastecimiento en los mercados y la dificultad para el regreso de los desplazados y refugiados. Mas de 130.000 malienses permanecen en los países vecinos, como Mauritania, Níger y Burkina Faso, y otros 80.000 malienses son desplazados internos, que han abandonado sus hogares para huir de la violencia.

Al igual que en Nigeria, la inseguridad en el norte del país impide que las organizaciones humanitarias y las agencias de Naciones Unidas puedan acceder a la población vulnerable.

Después de la guerra y la ocupación de Irak por parte de la Coalición Internacional, el país se está viendo sumido de nuevo en la violencia. El Estado Islámico ha extendido sus operaciones en el país con la intención de controlar una amplia región que se extendería desde Alepo, en Siria, hasta las ciudades de Faluya, Mosul y Tal Afar en Irak. No se está prestando suficiente atención a un conflicto que podría llegar a desestabilizar la región entera o incluso desmembrar el país.

En Irak la crisis se mide en cifras enormes: 10 millones de personas necesitan asistencia humanitaria; 18 provincias están afectadas por el conflicto armado; hay 3,2 millones de desplazados y 2,4 millones de personas necesitan ayuda alimentaria. Además, Irak también está sufriendo las consecuencias de la guerra de Siria: casi 250.000 sirios han buscado refugio en Irak.

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