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Viernes, 28 de Agosto de 2015 12:39 |
El clamoroso silencio de los políticos ante la tragedia de los refugiados
Héctor Alonso, editor de ActualidadHumanitaria.com
El pasado miércoles se celebró en Viena la cumbre de los Balcanes, convocada para estudiar cómo enfrentarse a la crisis provocada por el intento de miles de refugiados de llegar a Europa. Después de varias horas de reunión, los jefes de Gobierno de Alemania, Austria y Serbia, acompañados por varios ministros de esos países, por fin adoptaron una medida: guardar un minuto de silencio por los muertos hallados en un camión de fiambres en la zona austriaca fronteriza con Hungría.
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Ese minuto de silencio se suma a los centenares de minutos y horas de silencio que han guardado los mandatarios europeos desde que se desató esta crisis, por otra parte previsible y avisada. Ni las pateras llegando a Lampedusa, ni la crisis en la frontera turca, ni los asentamientos con más de 3.000 personas en Calais, ni la llegada de miles de refugiados a las islas giegas de Kos y Lesbos, ni los naufragios en el Mediterráneo merecieron que la Unión Europea adoptara ninguna medida otra medida. La tragedia del éxodo de hombres, mujeres, niños y ancianos que luchan por atravesar las alambradas, que son empujados y aporreados por policías armados con escudos y cascos en la frontera entre Macedonia y Serbia y que tratan desesperados en alcanzar la frontera con Hungría antes de que la impermeabilicen, sólo merece el silencio de los países de la Unión Europea, denunciado por el ministro de Gobernación de Hungría como "vergonzoso". Se refería el ministro a la falta de apoyo a su país, no a la tragedia humana.
En España el silencio es también clamoroso. Ninguno de los grandes partidos, ninguno de sus líderes, han dedicado una sola palabra, y menos ha presentado una sola iniciativa, al respecto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tampoco ha sido pródigo en palabras, declaraciones u opiniones sobre la crisis. Una de las pocas veces que habló este asunto fue para decir, en mayo, que la cuota de 1.800 refugiados propuesta para España "era excesiva". Alemania calcula unas 800.000 solicitudes de refugio. A Pedro Sánchez, el líder del PSOE, no se le ha oído decir nada del tema. Tampoco a Pablo Iglesias, de Podemos, aparte de algún retuiteo. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, es de las pocas figuras políticas españolas que se han expresado con contundencia y dolor por la indiferencia de los Estados Europeos ante el drama.
Pero si el silencio de los políticos españoles, por lo general completamente inmunes a lo que sucede más allá de nuestras fronteras, es revelador de su cortedad de miras, el silencio del Parlamento Europeo es clamoroso. Basta echar un vistazo a su página web para ver qué es lo que la Eurocámara considera de interés para los ciudadanos: ni una sola noticia referida a la crisis en la home. Únicamente en el apartado dedicado a las Comisiones, concretamente en la dedicada a Derechos Humanos, aparece algo relacionado con los refugiados: la presentación el pasado 5 de agosto, por parte de Elena Valenciano, Presidenta del Subcomité de Derechos Humanos, de un llamamiento para definir medidas para proteger las vidas y los derechos humanos de los migrantes. Pues ya están tardando. Desde esa fecha hasta el día de hoy han desaparecido varios centenares de inmigrantes en el Mediterráneo, más de cincuenta perecieron asfixiados en una embarcación y 71 seres humanos, cuatro de ellos niños, han muerto como animales en un camión.
Parece, a la vista de este silencio, que los políticos y líderes europeos se han puesto de perfil, o que han metido la cabeza, como los avestruces, en un agujero, deseando que cuando asomen la cabeza el problema se haya disuelto solo. No. No sólo no se va a disolver, sino que va a empeorar. Levantando muros y alambres de espino no se va poder detener a millones de personas que huyen de unas guerras a las que tampoco se quiso prestar atención.
Por otra parte, se están violando todos los Tratados y Convenciones sobre Refugiados y sobre el Derecho de Asilo, empezando por negarles la condición de refugiados y considerarles nada más que inmigrantes ilegales.
Esta mañana solicité a varios miembros de partidos políticos información sobre sus actividades como europarlamentarios o de sus grupos en el Parlamento Europeo referente a la crisis de los refugiados y aún estoy esperando a que me responda alguno. Seguramente estarán de vacaciones.
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