En una pequeña plaza en la ciudad siciliana de Caltanissetta, un grupo de 14 hombres nigerianos vestido con idéntico chándal azul y chanclas oscuras se concentran alrededor de un teléfono móvil tratando desesperadamente de llamar a casa para que sus familiares sepan que están vivos, pero en la miseria.

Fueron rescatados del Mediterráneo por la guardia costera italiana hace menos de 48 horas.

Todo lo que les han dado lo llevan puesto: el chándal y las chanclas. Se quejan de que no les han dado de comer y que duermen en la calle.

"Nos han rescatado para abandonarnos", dice uno de ellos amargamente.

Después de desembarcar del buque guardacostas de Lampedusa, los hombres fueron llevados al "punto caliente". Les tomaron las huellas y se les preguntó por su origen y por las razones por las que decidieron llegar a Europa. Las ONG dicen que no se les da opción a solicitar asilo, o a solicitar reunificación familiar.