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Viernes, 27 de Febrero de 2015 11:40 |
La OMS insta a los gobiernos a que aumenten la inversión para hacer frente a las enfermedades tropicales desatendidas
La OMS insta a los países afectados a que amplíen la inversión para combatir 17 enfermedades tropicales desatendidas, que afectan potencialmente a más de 1.500 millones de personas. Esa inversión supondría sólo el 0,1% del gasto sanitario interno actual de los países afectados de ingresos bajos y medianos durante el período 2015-2030.
Las enfermedades tropicales desatendidas son causa de ceguera, desfiguración, discapacidad permanente y muerte, en especial entre los pobres. En el nuevo informe de la OMS sobre cómo invertir para superar los efectos de las enfermedades tropicales desatendidas, titulado Investing to Overcome the Global Impact of Neglected Tropical Diseases, se exponen una serie de argumentos que justifican la inversión y se presenta un conjunto de medidas esenciales para combatir esas enfermedades.
«Una mayor inversión por parte de los gobiernos nacionales permitiría aliviar la miseria humana, distribuir mejor los beneficios económicos y liberar a una gran parte de la población que lleva mucho tiempo atrapada en la pobreza», afirma la Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan.
Progresos realizados
El informe destaca los progresos realizados en los últimos años, atribuidos en gran medida a una ampliación de las intervenciones de control para llegar a la población más pobre. Así, por ejemplo, solo en 2012, más de 800 millones de personas recibieron tratamiento contra al menos una enfermedad tropical desatendida. En 2014 únicamente se declararon 126 casos de dracunculosis, frente a los 1800 casos notificados en 2010 y los 3,5 millones registrados a mediados del decenio de 1980. La erradicación de esta enfermedad puede alcanzarse si se sigue actuando e invirtiendo.
Aumentar las metas de inversión nacionales
El informe establece objetivos de inversión específicos para muchas de las 17 enfermedades. También destaca que los países deben asumir compromisos presupuestarios firmes de manera sostenible para poder cumplir con los objetivos de la OMS y acelerar el avance.
Inversión:
Es necesario realizar una inversión anual de US$ 2900 millones hasta 2020 (incluida la lucha antivectorial) para alcanzar los objetivos fijados en 2012 en la hoja de ruta de la OMS para 2015-2020.
Durante los 10 años siguientes (2021-2030), las necesidades de inversión se reducirán a US$ 1600 millones por año. Las inversiones anuales seguirán disminuyendo a medida que las enfermedades vayan decayendo o eliminándose.
Esto asciende a una inversión total de US$ 34 000 millones (a lo largo de 16 años), sin contar el costo de los medicamentos donados y otras contribuciones en especie.
Efectos:
En 2017, el número de personas a quienes se administre tratamiento preventivo contra al menos una de estas enfermedades debería ascender a 1500 millones. A medida que las enfermedades vayan decayendo o eliminándose, el número de personas que necesite y reciba tratamiento irá disminuyendo. La detección precoz de algunas enfermedades tropicales desatendidas permitirá que un número mayor de niños pueda seguir yendo a la escuela y que más adultos puedan seguir trabajando; además, podrá reducirse el gasto asociado al tratamiento de formas más avanzadas de estas enfermedades.
La implantación de la cobertura sanitaria universal asegurará a toda la población acceso a servicios de salud preventivos y curativos contra las enfermedades tropicales desatendidas, sin que los pacientes tengan que correr el riesgo de padecer las dificultades económicas que han de afrontar cuando son ellos quienes sufragan ese gasto.
Seguir avanzando
Los países han de fortalecer su capacidad de anticipar y afrontar nuevos problemas en materia de ecología y gestión de vectores ante el cambio climático. Las enfermedades transmitidas por insectos están avanzando debido a la rápida urbanización no planificada, los movimientos de población y los cambios ambientales. El dengue es una de esas enfermedades, y ahora está presente en más de 150 países.
«Algunas de las enfermedades tropicales desatendidas ya no son estrictamente tropicales», afirma el Dr. Dirk Engels, Director del Departamento de Control de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la OMS. «El potencial de propagación proporciona otro sólido argumento para hacer las inversiones necesarias a fin de detener todas estas enfermedades y eliminar el mayor número de ellas lo antes posible, al tiempo que se intensifican las actividades de investigación y desarrollo.»
Muchos países han reconocido la importancia y la rentabilidad de invertir en la prevención y el tratamiento de las enfermedades tropicales desatendidas. Más de 70 países ya han puesto en marcha planes nacionales para acelerar el control de esas enfermedades, o están a punto de hacerlo.
Avances recientes en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas
En 2013, Colombia se convirtió en el primer país en el que la OMS verificó la eliminación de la oncocercosis (ceguera de los ríos), seguido por el Ecuador en 2014.
Bangladesh y el Nepal prevén eliminar la leishmaniasis visceral como problema de salud pública a finales de 2015.
El número de nuevos casos de la enfermedad del sueño (tripanosomiasis africana humana) ha descendido por primera vez en 30 años a menos de 10 000 casos anuales (6 314 casos notificados en 2013).
En 2009 se administró tratamiento preventivo para las helmintiasis transmitidas por el suelo aproximadamente al 30% de los niños que lo necesitaban. Ampliar ese tratamiento hasta llegar al 50% de esos niños a finales de 2015 es posible.
Listado de las 17 enfermedades desatendidas
La lista que figura a continuación contiene una breve descripción de las 17 enfermedades tropicales desatendidas.
La dengue: infección transmitida por mosquitos que causa una enfermedad similar a la gripe y puede evolucionar hasta convertirse en dengue grave, con complicaciones que pueden ocasionar la muerte.
Rabia: enfermedad vírica prevenible que se transmite al ser humano a través de la mordedura de perros infectados. Una vez que aparecen los síntomas, es siempre mortal.
Tracoma: infección por clamidia que se transmite mediante contacto directo con las secreciones oculares y nasales de personas infectadas, o por contacto indirecto en entornos con malas condiciones de vida y mala higiene. Si no se trata, puede provocar opacidades corneales irreversibles y ceguera.
Úlcera de Buruli: infección micobacteriana debilitante de la piel que causa una grave destrucción de la piel, los huesos y los tejidos blandos.
Pian: enfermedad bacteriana crónica que afecta principalmente a la piel y los huesos.
Lepra: enfermedad infecciosa compleja que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos.
Enfermedad de Chagas: enfermedad potencialmente mortal que se transmite al ser humano a través del contacto con insectos vectores (chinches triatominos), la ingestión de alimentos contaminados, la transfusión de sangre infectada, la transmisión congénita, el trasplante de órganos o los accidentes de laboratorio.
La tripanosomiasis africana humana (enfermedad del sueño): parasitosis que se transmite por la picadura de la mosca tsetsé. Si no se diagnostica y se trata lo antes posible para impedir que los parásitos invadan el sistema nervioso central, es mortal prácticamente en todos los casos.
Leishmaniasis: enfermedad transmitida por la picadura de flebótomos hembra infectados. En su forma más grave (visceral) ataca los órganos internos y en su forma más frecuente (cutánea) produce lesiones ulcerosas en la cara, cicatrices desfigurantes y discapacidad.
Teniasis y neurocisticercosis: infección causada por la tenia adulta en el intestino humano. La cisticercosis se produce cuando el ser humano ingiere huevos de tenia que se transforman en larvas en distintos tejidos.
Dracunculosis: enfermedad provocada por nematodos que se contrae exclusivamente al beber agua contaminada con pulgas de agua infectadas por el parásito.
Equinococosis: infección provocada por las larvas de la tenia que forman quistes en el ser humano. La transmisión se produce al ingerir los huevos del parásito que suelen eliminarse en las heces de los perros y algunos animales salvajes.
Trematodiasis de transmisión alimentaria: infecciones contraídas por el consumo de pescado, verduras y crustáceos contaminados con larvas del parásito. Las principales enfermedades de este grupo son la clonorquiasis, la opistorquiosis y la fascioliasis.
Filariasis linfática: infección transmitida por mosquitos que ocasiona el agrandamiento anormal (elefantiasis) de las extremidades y los órganos genitales debido a las alteraciones provocadas por gusanos adultos que se alojan y reproducen en el sistema linfático.
Oncocercosis (ceguera de los ríos): infección que se transmite al ser humano por la picadura de moscas negras infectadas. Cursa con prurito intenso y lesiones oculares ocasionadas por las larvas producidas por los gusanos adultos; puede provocar discapacidad visual y ceguera permanente.
Esquistosomiasis: infección por trematodos que se transmite al ser humano cuando las formas larvarias del parásito liberadas por caracoles de agua dulce penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas.
Helmintiasis transmitidas por el suelo: infecciones por nematodos transmitidas por el suelo contaminado por heces humanas, a su vez contaminadas. Son causa de anemia, carencia de vitamina A, retraso del crecimiento, malnutrición, obstrucción intestinal y problemas de desarrollo.
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