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Jueves, 20 de Octubre de 2011 09:26

La Campaña Mundial por la Educación exige a las instituciones financieras mundiales y a la comunidad internacional poner fin a la crisis en la educación de las niñas

La Campaña Mundial por la Educación denuncia mediante el informe “Hagámoslo Bien” que, a pesar de los avances y la retórica de los gobiernos e instituciones financieras internacionales, las niñas y las mujeres siguen viendo violados sus derechos en materia educativa. El documento analiza la situación en 80 países en vías de desarrollo y muestra cómo la auténtica igualdad de género está todavía lejos de ser conseguida.

portada de la publicación Hagámoslo bien
Portada del Informe Hagámoslo Bien

 

 

 

En 47 de los 54 países de África las niñas tienen un 50% menos de oportunidades que los niños de acceder a la Educación Secundaria. Es una de las conclusiones a las que llega el informe “Hagámoslo bien” (Make it Right), un documento exhaustivo que analiza la situación educativa de las niñas y las mujeres y que ha hecho público hoy la Campaña Mundial por la Educación (CME).

Este informe revela que en el mundo las niñas siguen estando discriminadas negativamente en todos los niveles educativos. Desde la perspectiva de las 4As*, un marco teórico diseñado y adoptado en 1999 por el Comité de la ONU para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la CME ha examinado el grado de Disponibilidad, Accesibilidad, Aceptabilidad y Adaptabilidad (en inglés, Available, Accesible, Acceptable, Adaptable) de las políticas educativas implementadas en 80 países en vías de desarrollo. Con el uso de este enfoque, la CME ha querido huir de los enfoques reduccionistas que, para medir el estado de salud de la equidad de género en educación, sólo hacen un balance del número de inscripciones que hay en las escuelas.


Así, por ejemplo, clasifica a algunos países como “Grandes participantes”, es decir, con una situación educativa positiva, como son Tanzania, Ecuador y Bangladesh; y, por otro lado, los países denominados “fallos”, con peor situación educativa, tales como Costa de Marfil, Nigeria, República Democrática del Congo y República de África Central.

El informe recuerda que el 53% de los 67 millones de menores aún sin escolarizar son niñas. Y que, en 2011, 1 de cada 4 mujeres no es capaz de leer ni escribir. “Una tragedia y una negación de los derechos a gran escala”, señala el documento. “La violación continuada por parte de los gobiernos de su obligación de garantizar la igualdad de género en la educación debe finalizar, y es responsabilidad de toda la comunidad mundial dar apoyo a este objetivo”.

 

El papel de las instituciones financieras internacionales


El informe aterriza muy especialmente en la repercusión que tendrían instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial en la puesta en marcha efectiva de estrategias transversales para la consecución de una educación global, para todos y todas.

En este sentido, la CME exige “que se reconcilien con las leyes internacionales en materia de derechos fundamentales, con inclusión de aquellas que custodian los derechos de la infancia, el derecho a la educación y los derechos de la mujer” para que sus políticas económicas no impidan o dificulten la inversión de los países en educación. En definitiva, pide que la eterna declaración de intenciones de dichas instituciones financieras acabe traduciéndose en verdaderas políticas orientadas a conseguir la equidad en materia educativa.


Asimismo, considera “vital que los Ministerios de Economía nacionales trabajen con el FMI y el BM para adoptar políticas macroeconómicas que permitan la máxima flexibilidad de gasto a los países”, lo que les permitiría invertir de modo suficiente en la educación de las niñas.

 

La Iniciativa de Vía Rápida (Fast Track Initiative) y algunas propuestas de mejora


Finalmente, el informe “Hagámoslo bien” señala a la Iniciativa de Vía Rápida (FTI, por sus siglas en inglés) como uno de los mecanismos más influyentes para el desarrollo del sector educativo a nivel mundial.


La FTI está impulsada por gobiernos de países en vías de desarrollo, donantes y sociedad civil para aunar esfuerzos en torno a la educación para todos y todas. Sin embargo, y a pesar de que ha logrado posicionarse como un mecanismo para mejorar la efectividad de las ayudas en educación básica y de que cuenta con un claro enfoque de género, todavía falta un gran camino por recorrer, no tanto en lo que a tasas de inscripción de las niñas en las escuelas se refiere como por impedir su abandono antes de finalizar los ciclos educativos.

Para la CME la educación es un derecho universal y una de las herramientas más importantes para mejorar la autoestima de los niños y niñas y la estabilidad de toda la familia, así como para ayudar a la participación política de todos los miembros de la comunidad y reducir la vulnerabilidad de la sociedad.


Por todo ello, el informe recoge algunas recomendaciones y pasos a seguir para que los gobiernos de cada país y las instituciones internacionales haga –y lo hagan bien- todo el esfuerzo por lograr que la educación sea no sólo adquirible, sino también accesible, aceptable y adaptable.  “Una buena estrategia, ligada a la voluntad y a la inversión en recursos, es la piedra angular de la consecución de la igualdad de género en educación”, apunta la CME.

Descargar el informe completo en pdf

 


 
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