Desde enero de 2015 las cifras de niños con desnutrición han ido aumentando. 400.000 niños se enfrentarán a desnutrición severa en 2016. Además, otros 700.000 están en riesgo, así como las madres recientes. Para agravar la situación, hay un contexto de epidemias en todo el país, lo que está cargando los sistemas de salud. La desnutrición predispone a los niños a enfermedades infecciosas más graves, y puede provocar su muerte con más facilidad.

Ante esta situación, que se prevé que empeore en los próximos meses, la OMS ha reforzado la distribución de medicamentos, equipos y recursos para la población vulnerable: niños que requieren alimentación terapéutica y cuidados de salud.

El Niño está afectando a los patrones de precipitaciones y temperaturas en muchas partes del mundo, pero con mayor intensidad en las regiones tropicales de África, Asia-Pacífico y América Latina que son particularmente vulnerables a los peligros naturales. Los efectos son que algunas zonas están recibiendo un exceso de lluvia, mientras que otros no reciben apenas, provocando inundaciones y sequías, respectivamente, con consecuencias en la salud pública.

Etiopía es uno de los países más afectados por El Niño.

Otro riesgo al que se enfrenta Etiopía es, paradógicamente, el de las inundaciones por exceso de precipitaciones en épocas en las que no se espera lluvia. También tiene consecuencias en la salud, por la contaminación de las fuentes de agua potable y el aumento de enfermedades transmitidas por vectores.