Viernes, 16 de Octubre de 2015 10:09 |
El duro invierno espera a los refugiados
El mar revuelto y un clima más frío podría hacer suponer un fuerte descenso del número de inmigrantes y refugiados que intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Pero después de un verano de llegadas de refugiados sin precedentes, es posible que este invierno estas previsiones no se cumplan. Durante el comienzo del otoño, ya se han emprendido travesías marítimas en condiciones peligrosas, y no parece que, de momento, se esté produciendo una tendencia a la baja de las llegadas.
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De hecho, el número de personas que hacen el corto viaje por mar entre Turquía y Grecia ha aumentado a 7.000 al día, cuando la media a finales de septiembre era de 4.500, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIT).
Se espera que las llegadas a Italia a través de la ruta marítima desde Libia disminuyan durante el próximo invierno, pero no se espera un descenso en la ruta griega, que es la que siguen la mayoría de los refugiados sirios. La dureza del invierno se va a notar en los campamentos de Líbano y Turquía, donde las condiciones de vida son ya difíciles, lo que puede siginificar que mucha gente se quiera ir de esos campamentos. Además, la ofensiva aérea rusa en Siria puede provocar un nuevo éxodo, según algunos expertos.
La semana pasada, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, declaró que la participación de Rusia en el conflicto podría desplazar a otros tres millones de sirios de Alepo y sus alrededores. Bruselas está negociando un plan de acción con Turquía destinado a impulsar la ayuda a los refugiados sirios in situ y así minimizar la posibilidad de que quieran desplazarse a Europa.
La agencia de refugiados de la ONU, ACNUR, no quiere entrar en esta guerra de cifras, pero señaló que ellos esperan un máximo de 700.000 solicitantes de asilo hasta final de 2015. Cerca de 600.000 personas ya han llegado por mar este año.
Los refugiados y migrantes que siguen viajando por la ruta griega, que continúa por Macedonia, Serbia y Croacia,s se enfrentarán en los próximos meses a condiciones significativamente más duras, teniendo en cuenta que se desplazan la mayoría a pie y llevan niños, personas mayores y discapacitados.
Las temperaturas en los Balcanes occidentales ya están cayendo por la noche a cerca de cero grados. Se espera que en diciembre y enero las temperaturas desciendan aún más, hasta los cinco grados bajo cero. Hay zonas por donde pasarán que alcanzan temperaturas de veinte grados bajo cero. ACNUR tiene previsto proporcionar mantas, plásticos para refugios provisionales e impermeables, pero reconoce que habrá una gran necesidad de proporcionar a los refugiados prendas de abrigo.
Muchos de los campos de acogida y centros de tránsito organizados apresuradamente a lo largo de la ruta de los Balcanes todavía consisten en poco más que tiendas de campaña, mientras que un gran número de migrantes en Serbia, Croacia y Hungría siguen durmiendo a la intemperie sin protección contra los elementos. El gobierno serbio tiene sólo 800 plazas en estructuras permanentes.
En Austria y Alemania, muchas personas están siendo alojados en tiendas de campaña. La capacidad de las opciones de alojamiento más duraderas en estos países se han visto desbordadas por el gran número de llegadas de verano y reconocen que llevará un tiempo preparar estructuras más adecuadas. Otros expertos, sin embargo, creen que la mayoría de los refugiados optarán por permanecer en Turquía y Grecia durante el invierno, para continuar camino cuando llegue la primavera.
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