Miércoles, 10 de Diciembre de 2014 12:49 |
Nigeria: crisis sobre crisis. A la violencia de Boko Haram se unen las inundaciones, los enfrentamientos internos y los desalojos forzosos Informe del Internal Displacement Monitoring Centre
Los ataques de la milicia islamista Boko Haram se han incrementado de forma dramática desde mediados de 2014, provocando una crisis sin precedentes en el noreste de Nigeria.
Según los informes de los observadores de las Agencias humanitarias, el conflicto ha obligado a cerca de 1,5 millones de personas a huir a otras partes del país y al menos otras 150.000 se han refugiado en los países vecinos (Chad, Níger y Camerún). Las operaciones militares del Gobierno también han contribuido a la huida de la población en zonas del país.
La atención internacional se ha centrado en la brutalidad de Boko Haram, pero los conflictos entre comunidades, las inundaciones, la desertificación y los desalojos forzosos también han causado desplazamientos internos significativos. Con las elecciones presidenciales y parlamentarias, que se celebrarán en febrero de 2015, existe el temor de que la violencia se dispare y aumenten los movimientos de población.
La gran mayoría de los desplazados internos son mujeres y niños, y se enfrentan a una serie de amenazas a su seguridad física y a restricciones a su libertad de movimiento. Muchos están traumatizados por la violencia que les impulsó a huir y tienen miedo de volver. Las personas cuyas viviendas han sido dañadas o destruidas por el conflicto y las inundaciones no tienen a dónde ir. La mayoría de las familias de desplazados internos viven y comparten recursos con las comunidades de acogida.
Los esfuerzos de los gobiernos nacionales y regionales para hacer frente a sus necesidades son escasos, por lo que es necesario el apoyo de organismos internacionales. Las personas que viven en los campamentos o en sus cercanías reciben algún tipo de asistencia, pero a menudo no es suficiente para satisfacer sus necesidades básicas. Las condiciones son de hacinamiento y falta de higiene. Los desplazados internos más vulnerables -los jóvenes, las personas mayores y las personas con discapacidad- están en mayor riesgo. Hay una falta de estrategia de a largo plazo.
El impacto total de los desplazamientos en Nigeria no está clara, ya que las cifras reales no están disponible. Las estimaciones sugieren que la violencia y los desastres causados por los peligros naturales han obligado a un enorme número de personas a huir de sus hogares, pero la información es escasa y principalmente sobre la minoría de los desplazados internos que viven en campamentos. La recolección de datos es inconsistente y poco fiable, lo que lleva a una alarmante falta de comprensión de la dinámica de desplazamiento.
Tanto las autoridades nigerianas como la comunidad internacional se han centrado de manera desproporcionada en el noreste de Nigeria.
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