Viernes, 03 de Febrero de 2012 09:56 |
La buena cosecha en Somalia aleja el fantasma de la hambruna, pero la ONU pide mantener el esfuerzo para evitar otra crisis en mayo
La excepcional cosecha conseguida en Somalia, la mayor de los últimos 17 años, está suponiendo un respiro para la población somalí, porque, de momento, ha impulsado el descenso de los precios de los alimentos. Sin embargo, casi dos millones y medio de somalíes siguen en situación de crisis.
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Almacén del Fondo Mundial de Alimentación. Foto IRIN
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La combinación de la ampliación a gran escala en la asistencia humanitaria y de una cosecha excepcional han ayudado a mejorar la situación humanitaria en Somalia, donde las condiciones de hambre ya no están presentes, pero cualquier interrupción significativa de la ayuda podría revertir los logros alcanzados desde julio, cuando se declaró oficialmente la hambruna. Los últimos datos muestran que 2.34 millones de somalíes necesitan todavía asistencia para sobrevivir y la situación podría empeorar de nuevo en mayo.
Mark Bowden, coordinador humanitario de la ONU para Somalia, ha advertido que los avances son frágiles y que podrían revertirse si no continuamos con el apoyo humanitario a la población somalí. "En el sur de Somalia hay 1,7 millones de personas en crisis. Hay varios millones de personas más que siguen necesitando alimentos, agua potable, vivienda y otras ayudas para sobrevivir y la situación se espera que se deteriore en mayo”.
Bowden cree que hay que aprovechar esta bonanza temporal para centrar los esfuerzos en salvar vidas y reforzar las estructuras para que la población tenga capacidad para hacer frente a futuras sequías, reduciendo así su dependencia de la ayuda humanitaria. "La recuperación sólo será posible después de agosto, si las lluvias son buenas y otros factores externos, como los conflictos, no malogran el progreso realizado hasta ahora", añadió.
La cosecha, excepcional y la mejor en los últimos 17 años, supone un respiro, pero la guerra y la sequía que ha durado años ha dejado a millones de somalíes en una situación muy vulnerable. Las tasas de mortalidad en muchas partes del sur de Somalia siguen estando entre las más altas del mundo, principalmente a causa de la desnutrición y brotes de enfermedades.
La cosecha ha supuesto un descenso en los precios de los alimentos, al haber disponibilidad de comida en las zonas más afectadas por la sequía. Sin embargo, deben mantenerse los esfuerzos para reducir los alarmantes niveles de desnutrición y mortalidad.
Gracias a la generosidad de las donaciones internacionales se han salvado muchas vidas, recordó Bowden. Estas donaciones han permitido, además, fortalecer las estructuras locales. Bowden insistió, sobre el conflicto armado que ha destrozado el país, que todos los actores tienen la responsabilidad de respetar el derecho internacional humanitario y permitir el acceso incondicional a las personas vulnerables. Del mismo modo, todas las partes deben reducir al mínimo el impacto del conflicto sobre los civiles”, concluyó el representante de la ONU.
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