Crisis alimentaria en África Oriental
África Oriental está experimentando una grave crisis alimentaria que afecta al menos a 10 millones de personas en Djibouti, Etiopía, Kenia, Somalia y Uganda, según los datos manejados por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Somalia es uno de los países más afectados de la región, y ya ha empezado a registrar muertes por desnutrición en algunas zonas, en medio de niveles de desnutrición alarmante.
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Mapa del Cuerno de África, con Somalia en color claro.
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"Ya no estamos al borde de un desastre humanitario, estamos en medio, y nadie está ayudando", ha declarado Isaq Ahmed, presidente de una organización local que trabaja en la región del Bajo Shabelle de Somalia. Unas 5.000 familias (alrededor de 30.000 personas) están siendo muy afectadas en esa región por la sequía. La situación es tan grave que mucha gente se está desplazando a Mogadiscio para buscar su supervivencia. Los que se quedan en la zona afectada es porque no pueden siquiera pagarse el transporte hasta la capital.
Aunque no se sabe aún con certeza el número de muertos, sí se sabe que la mayoría son niños, ancianos, madres lactantes y embarazadas. Esta situación es consecuencia de una sequía que se prolonga desde hace tres años.
La peor sequía desde 1950
En muchas zonas de pastoreo, esta es la temporada más seca desde 1950. Las condiciones de sequía en Somalia han tenido repercusiones a nivel regional, con refugiados que se desplazan hacia Kenia, Etiopía y Djibouti en un flujo constante. Según Save the Children, los niños que llegan de Somalia en el campo de refugiados de Dadaab, en el norte de Kenia llegan agotados, desnutridos y deshidratados severamente. Los expertos advierten que la situación podría empeorar en el corto plazo si se produce un retraso de la temporada de lluvias y se pierden las cosechas.
En Etiopía, la cifra estimada de personas que necesitan asistencia alimentaria de emergencia y artículos no alimentarios fue revisado al alza desde 2,8 millones de personas a 3,2 millones. Casi dos tercios de ellos se encuentran en las regiones del sur de Somalia. Para empeorar la situación, el precio de los cereales ha seguido creciendo, con tasas de inflación cercana al 30 por ciento registrado en abril.
Toda esta situación ha provocado que la cifra de refugiados somalíes que llegan al sur de Etiopía ha pasado de 5.000 por mes a más de 30.000 en la segunda semana de junio. Entre los recién llegados a los dos campos en el área de Dolo Ado, la malnutrición es del 45 por ciento en la escala GAM, cuando la Organización Mundial de la Salud cifra en el 15 por ciento la malnutrición de emergencia.
En Djibouti, las escasas lluvias de marzo a mayo de este año ha elevado los precios de los alimentos. El precio promedio de harina de trigo aumentó en un 17 por ciento entre enero y febrero de 2011, hasta los 620 dólares por tonelada, según la ONU y la Organización Mundial de Información sobre Agricultura y el Sistema de Alerta Temprana, el SMIA.
Kenia
En Kenia, el aumento de las tasas de inflación también han afectado negativamente la capacidad de los hogares pobres para comprar alimentos. Los precios del principal alimento básico, el maíz, se han triplicado desde los 1.300 chelines (14,4 dólares) en enero a 4.500 chelines (50 dólares) por un saco de 90 kilos. Recientemente, el gobierno anunció la eliminación del impuesto de importación de maíz en un intento por amortiguar la subida. Sin embargo, los molineros dicen que el aumento del precio mundial del maíz significa que la medida tendrá poco impacto en los precios de los productos básicos a nivel local.
La sequía en Kenia ha provocado muerte de ganado en el norte, donde ha disminuido la producción de leche y está provocando altos niveles de desnutrición, por encima del 35 por ciento. A nivel nacional, por lo menos 3,2 millones de personas están aquejadas de inseguridad alimentaria.
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