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Martes, 03 de Mayo de 2016 08:24
Atrapados en Idomeni
Óscar Hugo Martín del Barco, médico de Familia y cooperante de Bomberos en Acción en Idomeni
Hace unos días que he regresado de Idomeni, un campamento de refugiados que parece más bien un campamento de “atrapados”, de personas que huían de la muerte y de la guerra. Allí he estado trabajando con la organización Bomberos en Acción, prestando asistencia como médico en la conocida por los refugiados como “la yellow tent” (la tienda amarilla).




El autor del artículo en la Yellow Tent



El autor del artículo, a la derecha, en la Yellow Tent
Las condiciones de vida en Idomeni no son las idóneas para sus moradores, con grandes carencias básicas para una vida digna. Por ejemplo, el número de duchas: cuarenta para cinco mil personas, lo que obliga a una espera de cuatro horas para una ducha rápida. También los puntos de agua potable son escasos, no se distribuye leche infantil y tampoco hay tratamientos para muchas enfermedades, lo que obliga a los refugiados a costearse un taxi (70 euros) para poder regresar del hospital de referencia en Kilkis, a unos cuarenta kilómetros de distancia.

También podría hablar del olor, del hacinamiento, de la falta de higiene o de intimidad, de las duras condiciones de vida y de las carencias medioambientales, con un humo permanente generado por las hogueras de madera que encienden para cocinar o calentarse.

O podría hablar de la intimidación continua que sufren los voluntarios: el control continuo de su documentación, o las acusaciones de haber encabezado las protestas que hace unos días emitieron las televisiones. Hay 26 voluntarios pendientes de juicio, uno de ellos, español, acusado de ser cabecilla de la sublevación frente a la valla de “la vergüenza europea”, según ha difundido la televisión griega. Nos consta que esa acusación es completamente falsa y que se trata de una medida de intimidación dirigida contra los voluntarios que trabajan para mejorar las condiciones de vida de los refugiados.

Si la vida en Idomeni es dura, muy dura, hay sitios aún peores, como Moria, que es más un campo de detención y está militarizado, y donde sus habitantes, o más bien, detenidos, viven atemorizados ante la posibilidad de que se cierre el campo para expulsarles o que se convierta en su hogar definitivo, sin posibilidad de reasentarse en otro país. Carecen de información sobre qué va a ser de ellos, nadie les dice nada.

Intimidación
He hablado de intimidación, pero últimamente, después de las protestas ante las vallas, el Ejército ha realizado demostraciones de fuerza, con cazas de combate efectuando vuelos rasantes, o con helicópteros aterrizando en el campamento. Para los habitantes del campamento de Idomeni estas demostraciones militares supusieron un aumento del estrés, el miedo y la frustración, puesto que no sabían si el campamento iba a ser tomado por  los militares o qué iba a pasar. Hay que tener en cuenta que casi todos han sufrido bombardeos y ataques militares en los países de donde han huido. Cualquier acercamiento a la valla que separa de Macedonia se resuelve con gases lacrimógenos o balas de goma.

Están atrapados, como digo. Incluso para muchas familias que están pensando en regresar a sus países, habría dificultades para hacerlo por la forma en la que han entrado en el país. Esto se ha convertido en una auténtica cárcel de la que nadie puede salir.

Oscar trabajando en la tienda de Bomberos en AcciónTrabajando
En el campamento nuestro trabajo ha sido sanitario. Atendemos patologías respiratorias, cutáneas, diarreas, piojos -fundamentalmente en niños-, sarna. El 60% de los habitantes del campamento son menores. Realizamos labores de atención primaria y nos preocupa que pueda haber algún brote epidémico con el aumento de las temperaturas y la cronificación de la situación.

Pero también realizamos acompañamiento y apoyo a las familias, sonrisas, abrazos y juegos con los niños. Ellos mismos se prestan a ser nuestros traductores.

Se ha generado un espacio al lado del puesto médico de la “Yellow tent”, de Bomberos en Acción,  en el que se comparten los momentos con ellos. Si queremos solucionar esta crisis humanitaria deberíamos de empezar a caminar hacia la multiculturalidad. La involucración personal con las familias es común. También ocupa otra tienda nuestra matrona, y otro espacio es el “Hamman”, donde se realiza el lavado e higiene de los niños.

También hemos visto parlamentarios europeos y cámaras de tv por el campamento. La manipulación mediática es muy evidente. Tergiversan las cosas, les interesa solo lo sensacionalista. Lo único que se consigue es una falsa imagen de lo que realmente ocurre allí.

Los habitantes del campamento son personas normales, trabajadores, universitarios, algunos hablan varios idiomas. Gente que anduvo durante días con sus hijos a cuestas, que han sido engañados por las mafias para viajar en barcos o zodiacs en condiciones extremas. Han dejado mucho dinero en el camino buscando un futuro más que incierto. Ahora llegan a Idomeni, y sufren lluvia y barro, calor, frío, días de viento que destrozan sus tiendas, insectos… La crema de protección solar se nos acabó en cuanto la empezamos a ofrecer.

No hay información
Uno de los problemas principales de estas personas es que no reciben apenas información sobre los trámites que pueden seguir para solicitar asilo en la UE. Para tramitar el asilo deben solicitar entrevistas por skype, al que tienen acceso dos veces por semana, o en la agencia de Atenas. No tienen acceso a wifi, por lo que al acumularse muchas conexiones a la misma hora el servidor se cae, frustrando los intentos de solicitar asilo.

Empieza a haber también refugiados de segunda, como los afganos, por no considerarlos un país en conflicto. Habrá que esperar a las informaciones de ACNUR o IOM, pero el tiempo se acaba porque la policía ha vuelto a repartir papeles avisando de que se tienen que ir del campamento, en base a que es un asentamiento ilegal.

No me parece que sea tan difícil ni que no existan soluciones. En la visita del Papa a Lesbos éste acogió algunas familias sirias. En Idomeni hubo un atropello por parte de la policía a un refugiado y se llevaron a la familia fuera del campo y la reunificaron, por lo menos eso es lo que nos dijeron. ¿Tan difícil es conseguirlo si en Europa hay gente ofreciendo sus casas y muchos les queremos? ¿Cuántos pueblos tenemos deshabitados en España o sin niños? Solamente son ideas que me surgen ahora, sé que no es tan fácil.

Conocemos que en España hubo el último fin de semana manifestaciones de apoyo a los refugiados. Creemos necesaria más presión social desde nuestros países.
Abramos corredores humanitarios, abramos nuestras fronteras. El acuerdo europeo vulnera de manera flagrante los derechos humanos y los convenios internacionales. Las deportaciones masivas son ilegales. Los políticos parece que no entienden de almas, sentimientos ni de derechos humanos. ¿Esta es la Europa que queremos o la que estamos consintiendo entre todos? ¡Abramos los ojos! No podemos permanecer indiferentes ante la mayor tragedia humanitaria de los últimos años. ¡No nos rindamos! Articulemos vías legales de entrada en Europa.

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