COVID-19: La guerra de las vacunas la han ganado los países ricos

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Solo uno de cada diez habitantes de los países pobres podrá ser vacunado, pero los países ricos han comprado dosis suficientes para vacunar a su población tres veces

Héctor Alonso

La lucha por la posesión de las vacunas contra la COVID-19 se ha decantado a favor de los países ricos como en tantos otros aspectos de la economía internacional. La vacuna es ahora un recurso valioso y los países ricos, con el dinero por delante, se han asegurado de reservar el mayor número posible de dosis para inmunizar a su población. Un dato elocuente: Canadá, con 37,7 millones de habitantes, ha reservado 188 millones de dosis. Las suficientes como para inmunizar a su población cinco veces.

Los países europeos, entre ellos España, han reservado vacunas para inmunizar a su población tres veces. Dado que la capacidad de fabricación es limitada, significa que los habitantes de los setenta países más pobres del mundo solo tendrán vacunas para una de cada diez personas. Y eso a pesar del compromiso de uno de los fabricantes, Oxford-AstraZeneca, el único que se ha comprometido a reservar el 64 por ciento de su producción a los países menos favorecidos. Con ese 64 por ciento y lo que consigan comprar estos países en el mercado, solo se podrá vacunar al 18 por ciento de la población mundial. Los países ricos, con el 14 por ciento de la población total, acapararán el resto de la producción.

La situación es tan injusta que varias organizaciones con sede en el Reino Unido, entre ellas Oxfam y Amnistía Internacional, han advertido de que en esta carrera se va a dejar atrás a la mayoría de la población mundial, y hay países, como Kenia, Myanmar, Nigeria, Pakistán y Ucrania, que suman más de 1,5 millones de casos.

«Nadie debería verse excluido de recibir una vacuna que le salve la vida por haber nacido en un país determinado o por no tener dinero», ha denunciado Anna Marriott, directora de políticas de salud de Oxfam.  Para Global Justice, las empresas farmacéuticas deben compartir la ciencia, el conocimiento tecnológico y la propiedad intelectual para que se puedan producir suficientes dosis seguras y efectivas. Los gobiernos también deben garantizar que la industria farmacéutica antepone la vida de las personas a las ganancias.

En el Reino Unido ya se ha comenzado a inmunizar a la población con la vacuna de Pfizer/BioNTech, que ha reservado el 96 por ciento de su producción a los países ricos. Esa vacuna va a ser aprobada también en otros países, los que ya han pagado por ella. Moderna ha reservado la totalidad de su producción a los países ricos. Los pobres tendrán que conformarse con las sobras o lo que puedan comprar a través del grupo de vacunas COVEX, una asociación creada para acudir a los mercados.

La People’s Vaccine Alliance ha pedido que se haga todo lo posible para garantizar que las vacunas contra la COVID-19 se conviertan en un bien público mundial, y Sudáfrica y e India han solicitado al Consejo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) la renuncia a los derechos de la propiedad intelectual de las vacunas y tratamientos para que puedan ser fabricados por laboratorios de otros países y garantizar el acceso a toda la población mundial. Sin embargo, y viendo los antecedentes -pidieron lo mismo cuando aparecieron los primeros antiretrovirales contra el SIDA, y no lo lograron- es poco probable que esta vez lo consigan.

La situación es tan preocupante para la mayoría de la población mundial que Amnistía Internacional ha recordado que es una cuestión «de derechos humanos». «Los países ricos tienen obligaciones claras en materia de derechos humanos, no solo de abstenerse de tomar medidas que podría perjudicar el acceso a las vacunas en otros lugares, sino también para cooperar y brindar asistencia a los países que la necesitan». Al acaparar las vacunas, los países ricos están incumpliendo sus obligaciones respecto de los derechos humanos.

Habría que recordar también que para su desarrollo las vacunas de Oxford/AstraZeneca, Moderna y Pfizer/BioTech han recibido más de 5.000 millones de dólares de fondos públicos y una de las condiciones es que actuaran en interés público. El hecho de que reciban fondos públicos pero conserven los derechos exclusivos y no distribuyan la tecnología con la que las vacunas han sido desarrolladas podrían costar decenas de miles de vidas en otros países.

Se trata de una pandemia sin precedentes, que está costando miles de vidas y provocando una gravísima crisis económica que está afectando, sobre todo, a los países pobres y en desarrollo. No se trata de salvar solo a los ricos. Si el resto del mundo no tiene acceso a la inmunización lo vamos a pagar todos.

 

5 COMENTARIOS

  1. Te has equivocado con las cuentas. Son dos dosis por vacuna, Canada tiene para 2.5 veces su poblacion y Espana para 1.5 veces. Y ya han dicho muchos paises (entre ellos Espana) que las dosis sobrantes podran ser usadas para ser enviadas a paises con menos recursos.

  2. Como es posible que el gobierno español se deje manipular por la EU y EEUU y compre la vacuna más cara y la más problemática para trasportar y conservar.
    Mientras la vacuna rusa es más barata y no necesita estar a bajas temperaturas, las otras si necesitan trasportarlas y mantenerlas a muy bajas temperaturas, esto significa una tremenda inversión en frigoríficos específicos que consigan esas bajas temperaturas de hasta 70 grados bajo cero y como hay que crear miles de centros donde se ha de vacunar, pues son miles de estos frigoríficos que hay que comprar.
    Por otro lado la vacuna rusa la están ofreciendo a 10 $ y las otra están entre 20 y 30 $, si se tiene en cuenta los millones de vacunas que necesitamos, sería un enorme ahorro comprar la rusa, pero claro el gobierno español siguiendo fielmente las ordenes de la oligarca comunidad europea se endeudará 3 veces más por seguir estas órdenes, aunque no sean vinculantes ¡esto no importa ya el pueblo lo pagará!
    Lo primordial es impedir que el gobierno ruso tenga ingresos con la venta de esta vacuna aunque sea mejor y más barata. ¡Qué vergüenza y despilfarro!

  3. En el artículo se habla de las vacunas producidas por los países occidentales pero para nada de las vacunas producidas por Cuba,, China y Rusia. ¿Qué (se) el autor sobre las tales? Es un poco pesado que solo se nos informe de las occidentales cuando las que van a salvar a mas gente son, precisamente, las otras.

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