Jornaleros de Jaén: la cara B de la capital del oro líquido

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Los sueldos precarios y condiciones laborales desreguladas dejan a los trabajadores del campo en una condición sociosanitaria de vulnerabilidad extrema

Celia Alguacil Martínez y Firás Fansa Fernández*

La agricultura tradicional de la cuenca mediterránea ha tenido al olivar como protagonista desde épocas ancestrales. El cultivo de la aceituna tiene tal relevancia en España, especialmente en Andalucía, que ha trascendido su significado económico o de subsistencia para erigirse en un símbolo de identidad cultural. La extensión de los olivares a lo largo y ancho de Jaén, gracias a diversos factores propicios, ha configurado de forma determinante el paisaje y la economía de la región, convirtiéndose además en el principal cultivo de Andalucía con una producción de 2.750 millones de euros en 2019.

Sin embargo, el monocultivo olivarero tiene un origen reciente, surgiendo en las últimas décadas y alineado con la tendencia universal de especialización regional que prolifera bajo el régimen económico mundial imperante. El incremento progresivo de la superficie destinada a este cultivo arroja una cifra de 1,5 millones de hectáreas en toda Andalucía, con la provincia de Jaén aglomerando más de un tercio del total. Se pueden encontrar en todas sus comarcas, destacando una orientación de las plantaciones sudoeste-noreste que atraviesa toda la provincia. A su vez, se dividen según su localización, de sierra o campiña, y características, de secano o regadío (1)(2)(3).

La campaña de la aceituna se puede fraccionar en distintas fases; recolección mediante vareo o vibración, recepción y limpieza del fruto en las almazaras, extracción del aceite y almacenamiento. En estas labores participan tanto trabajadores locales como trabajadores nacionales de provincias cercanas, extranjeros comunitarios y migrantes extranjeros no comunitarios, en su mayoría procedentes de Marruecos, Argelia, Malí, Rumania y Bulgaria, todos ellos incluidos en un mercado laboral dinámico y marcado por la globalización (5). 

A pesar de que a través de colectivos de empresarios y administraciones se intenta articular la oferta-demanda de trabajadores (por ejemplo, desde las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo), los lugares de contratación habitual siguen siendo plazas y cafeterías (4).No es posible cuantificar el porcentaje de contrataciones en origen, siendo esta una vía recomendada por la Administración para garantizar la mano de obra a la vez que se regulan los flujos migratorios y se evitan los abusos laborales. Aun así, las contrataciones en origen han de estar reguladas durante todo el periodo de trabajo por organismos ajenos a la empresa (5).

Existen diversos factores que explican la inserción de los migrantes extranjeros en una labor agrícola tradicionalmente desempeñada por trabajadores locales o nacionales. Por un lado, la temporalidad, incrementada por la reducción de los tiempos de recogida de la aceituna en favor de su calidad dentro del contexto de competitividad internacional para su exportación. Por otro lado, la dureza del trabajo y los relativos bajos salarios, en comparación con los subsidios sociales que reciben muchos trabajadores nacionales, han generado por parte de los contratistas numerosas peticiones desesperadas de jornaleros en los últimos años (6). De esta manera, los temporeros ocupan el nicho laboral correspondiente a las necesidades del mercado (4).

Vulnerabilidad extrema

El pasado 18 de diciembre se celebró el Día Internacional del Migrante. Un día declarado por la ONU con el objetivo de visibilizar el arduo camino que recorren todos aquellos desplazados de sus hogares por diversas razones y asegurar una migración segura, regular y digna. Algo aún muy alejado de la realidad que vive este colectivo, acostumbrado a encontrar gran parte de sus oportunidades laborales como jornaleros en labores agrícolas, a pesar de su carácter temporal e inestable. Forzadas por la multitud de dificultades que justifican la búsqueda de una vida más digna, muchas de estas personas encuentran en la migración la única oportunidad de acceso a un empleo, ante el agotamiento económico de los medios de producción de sus lugares de origen, y la falta de soberanía y autogestión de los recursos, todo ello fruto de las nuevas formas de intercambio que genera la globalización. A su llegada, los sueldos precarios y condiciones laborales desreguladas posicionan a los trabajadores del campo en una condición sociosanitaria de vulnerabilidad extrema (4). Su protección nunca había sido tan relevante como hoy en día, evidenciada la fragilidad de sus condiciones de vida aún más durante la pandemia de la Covid-19, como bien ha ocurrido con otros colectivos golpeados por la crisis.

En Jaén, cuna de la producción de aceite de oliva a nivel internacional, todos los años con la llegada del frío se repiten situaciones que ilustran esta condición de riesgo social extremo y precariedad; en estos meses, tapada por la campaña de Navidad, llega la época de la recogida de aceituna. La mayoría de los jornaleros extracomunitarios llegan a España sin contratación en origen y sin permiso de residencia, lo cual dificulta tanto la firma de un contrato en el ámbito de la legalidad, como la posibilidad de alquilar una vivienda donde alojarse durante los dos meses aproximadamente que dura la campaña (6). La falta de contrato también los condiciona a la hora de acceder a recursos como el acceso a los albergues de jornaleros, al ser considerados transeúntes en lugar de jornaleros si no se dispone de un contrato reglado (10).

Los trabajadores acuden desde diversos puntos del territorio andaluz con la esperanza de ser recogidos en los “puntos de encuentro habituales”, por los furgones y vehículos de trabajo dueños de las tierras, y trasladados a los olivares para comenzar su jornada laboral, a la mitad del precio del que recibe un jornalero autóctono, y sin que esto asegure una cobertura y cotización a la seguridad social (6)(7). El viaje no acaba ahí, ya que una vez acaba la jornada de trabajo junto a los trabajadores locales, su destino se torna incierto; no existe regulación alguna por parte de las autoridades que obligue a los productores a asegurar un alojamiento a los trabajadores por lo que muchos acaban ocupando las estaciones de autobuses, descampados, naves industriales abandonadas, o con un poco de suerte, viviendas que proporcionan los propios empleadores en dudosas condiciones de habitabilidad (7)(10).

La pandemia

A pesar de que la capital de provincia, Jaén, cuenta con un punto de información y atención al jornalero, localizado en la estación de autobuses como punto estratégico, la pandemia ha añadido otra dificultad más a la hora de encontrar una vivienda: por el miedo prevalente al contagio, y la reducción a aproximadamente el 50 por ciento de las plazas en albergues públicos a las que se redirigían a los jornaleros para poder pasar la noche, pasando de 656 camas en toda la provincia a unas 300 (8)(9)(10)(11). Cada usuario tiene derecho a un máximo de 3-4 noches en cada albergue durante toda la campaña, que dura un total de 45 a 70 días. Este límite de tiempo se fundamenta en la función contemplada para estos albergues, que es la procuración de un alojamiento durante los días de búsqueda de empleo a la llegada al destino en cuestión (5). Además del periplo burocrático, y las interminables colas que ya atravesaban para poder ingresar en dichas plazas, ahora la necesidad de una PCR negativa previa para poder acceder a las instalaciones añade otro obstáculo más a la hora de encontrar un techo donde refugiarse de las gélidas noches de invierno (7). Los albergues cuentan con equipo de enfermería a disposición del distrito sanitario, para la realización de la PCR, localizado en diferentes puntos de la provincia y en el recinto ferial de la capital, de toma y gestión de muestras mediante una nueva plataforma, el sistema TRADE (12). 

Existen zonas para el aislamiento de los eventuales positivos en las ciudades de Jaén y Villacarrillo. Paradójicamente, estas plazas han estado mínimamente ocupadas dada la negatividad de las PCR realizadas. La gestión fragmentada entre la administración municipal, provincial y territorial no ha conseguido evitar que, mientras muchas dormían en la calle, edificios enteros como el albergue Inturjoven & Spa Jaén, de 160 plazas, se encontrasen vacíos. Esta escasez de gestión, que no de recursos, ya que como afirma Naima Belfakir, presidenta de Jaén Acoge, hay polideportivos, con instalación eléctrica y suministro de agua y saneamiento, cerrados y vacíos, obliga a decenas de personas a vivir en situación de calle o buscar alojamientos que no cumplen un mínimo de condiciones de habitabilidad (7)(10).

No es de extrañar con estas condiciones de vida que ocurran casos desgraciados a menudo, como el del joven de 28 años que ingresó el 9 de diciembre en Cuidados Intensivos del Hospital Neurotraumatológico de Jaén, procedente del CHARE Sierra de Segura. Acudió en estado de intoxicación por monóxido de carbono tras dormir junto a un recipiente con ascuas a modo de calefacción en una habitación mal ventilada, según refirieron sus acompañantes. Tras las pertinentes pruebas se objetivó que el joven sufrió eventos isquémicos agudos bilaterales en ganglios basales, debido a probables microémbolos o vasoespasmos a causa de la inhalación de monóxido de carbono (13).

Este ejemplo refleja lo que muchos otros trabajadores sufren en mayor o menor escala. Los efectos perjudiciales en materia de salud derivados de la situación de calle impuesta por unas condiciones laborales que no deberían permitirse por parte de las autoridades. Se generan circuitos de precariedad e inequidad en el acceso a recursos básicos como la vivienda, el suministro eléctrico y la integración en los programas sanitarios, en el que ponen de relieve que las infraestructuras proporcionadas por la Administración no están respondiendo cuantitativa ni cualitativamente a las necesidades que surgen en estos meses de campaña agrícola en la provincia. Todo ello a pesar de la importante inversión de capital en materia de atención al jornalero, que data en torno a unos 150.000 euros para esta campaña (en la anterior, el presupuesto rondaba los 300.000) (10).

Vulneración de derechos

Como Médicos de Familia y Comunitaria, no podemos ignorar que detrás de los esperanzadores informes económicos que la Consejería de Agricultura proporciona para esta campaña de recogida de aceituna 2020-2021, de un aumento del 69% en la producción, se esconde una vulneración de los derechos sanitarios, laborales y sociales de cientos de personas (7)(12).

Debemos reflexionar acerca de los costes no tangibles, en términos monetarios, que estas prácticas abusivas y normalizadas ocasionan en una población que no ha sido integrada por el resto de la sociedad en términos de equidad social que garanticen unas condiciones mínimas de salubridad en su día a día.

Huelva, Lleida, Albacete, Jaén…La historia se repite año tras año de una punta a otra del territorio español (4). ¿Hasta cuándo va a prolongarse esta situación en la que las administraciones y los empresarios lucen con orgullo “nuestra” economía, enriqueciéndose mientras malviven las personas que trabajan la tierra? Esta situación la resume mejor uno de sus protagonistas:

“No entiendo por qué nadie nos quiere, pero, sin embargo, todos necesitan nuestro trabajo”, se queja Ibrahima. “Si trabajamos legalmente podemos mandar dinero a nuestras familias, vivir tranquilos y pagar impuestos aquí en España” (7).

Notas

(1) La formación del monocultivo olivarero en la comarca Campiña de Jaén. Samuel Galiano Parra. https://www.redalyc.org/jatsRepo/176/17651756007/html/index.html

(2) Andalucía producirá 1,3 millones de toneladas de aceite de oliva en 2020-2021, un 50,2% más que en la campaña anterior. Junta de Andalucía.

https://www.juntadeandalucia.es/organismos/agriculturaganaderiapescaydesarrollosostenible/actualidad/noticias/detalle/244868.html

(3) Análisis de las plantaciones de olivar en Andalucía (2015). Junta de Andalucía. https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/estudios_informes/17/08/Informe_sectorial_ESYRCE_15_Olivar_v2.pdf 

(4) Inmigración extranjera y trabajo. Temporeros extranjeros en la recogida de la aceituna en Jaén. Raquel Martínez Chicón.

https://www.dipujaen.es/export/descargas/descargas-pdf-ces/Monografico1.pdf (5) Atención a personas temporeras. Junta de Andalucía

https://www.juntadeandalucia.es/organismos/igualdadpoliticassocialesyconciliacion/areas/inclusion/migraciones/paginas/temporeros.html

(6) Jaén lanza un SOS: no tiene temporeros para recoger aceitunas a 8,5 euros la hora. Diario La Información.

https://www.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/jaen-lanza-un-sos-no-tiene-temporeros-para-recoger-aceitunas-a-8-5-euros-la-hora/6482030

(7)”Temporeros en Jaén: los sintecho del oro líquido” El diario punto es https://www.eldiario.es/desalambre/temporeros-jaen-sintecho-oro-liquido_1_6515245.html

(8) Los 22 albergues para temporeros de la aceituna deciden desde este lunes cuándo abrir sus puertas.

https://www.ondacerojaen.es/inicio/los-22-albergues-para-temporeros-de-la-aceituna-deciden-desde-este-lunes-cuando-abrir-sus-puertas

(9) Abiertos seis de los 13 albergues temporeros en la provincia de Jaén, tres de ellos completos al 100%.

https://www.europapress.es/esandalucia/jaen/noticia-abiertos-seis-13-albergues-temporeros-provincia-jaen-tres-ellos-completos-100-20201116173044.html 

(10) Centenares de temporeros en Jaén duermen en la calle en plena pandemia: «La Junta ha llegado tarde»

https://www.eldiario.es/andalucia/jaen/junta-calle-temporeros-jaen-pandemia_1_6439189.html

(11) La oficina de atención al temporero de la estación de autobuses llega a 400 usuarios

https://vivajaen.es/jaen/939652/la-oficina-de-atencion-al-temporero-de-la-estacion-de-autobuses-llega-a-400-usuarios/

(12) Tajos, albergues y temporeros, todos pendientes de una prueba https://lacontradejaen.com/tajos-albergues-y-temporeros-jaen/

(13) Historias clínicas provinciales digitalizadas.

 

*Celia Alguacil Martínez, R2 de Medicina Familiar y comunitaria en Granada. C.S. Albayzin. Miembro de GdT Inequidades en salud de la SAMFyC y Firás Fansa Fernández, R1 de Medicina Familiar y Comunitaria en Granada. C.S. Albayzin. Miembro de GdT Inequidades en salud de SAMFyC.

2 COMENTARIOS

  1. Soy periodista en Jaén. Me llama la atención que se hable de una situación desde la distancia y a toro pasado. Además con una foto tomada de una librería de imágenes. Esa fotografía es difícil de encontrar en plena campaña oleícola. En los tajos, los trabajadores tienen albergues o alojamientos, con alimentación y calor, por lo general. No se contrata en plazas. Todo lo que escribís lo desmienten los artículos que citáis. Parece mentira que se busque la demagogia fácil a costa de lo de siempre. El trabajo de jornalero está regulado por convenio. Quien lo incumple, es castigado, como cualquier empresario. Y cada vez hay mayor vigilancia, en el campo y en las almazaras. No vale escribir de imágenes antañonas…

    • Agradecemos su apreciación. Nuestro cometido es mejorar la salud de todos y esta exposición muestra por desgracia una problemática candente en el sector del agro en toda España. Como bien dice, cada vez hay mayor vigilancia pero queda mucho por hacer. Sabemos que con el tiempo y la buena voluntad de todos, podremos mejorar esta situación.

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