El cólera amenaza a millones de personas en Yemen

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Las inundaciones amenazan con traer de nuevo el cólera a Yemen, que ya sufrió una epidemia con más de dos millones de casos

Héctor Alonso

Tras cinco años de terrible guerra civil, Yemen, un país debilitado hasta el límite, con la mayoría de su población dependiente de la ayuda humanitaria para sobrevivir, se enfrenta a una amenaza ya conocida: el cólera. Las fuertes lluvias e inundaciones están afectando gravemente a los depósitos de agua potable y los pozos y de nuevo el cólera amenaza con extenderse.

Entre 2017 y 2019 Yemen sufrió el peor brote de cólera de la historia, con más de dos millones y medio de casos y varios miles de muertos tras ser destruido el sistema de distribución de aguas por los bombardeos.

Desde enero de 2020 se han registrado más de 110.000 casos sospechosos de cólera, y el 25 por ciento de los afectados son menores de cinco años. El número total de posibles víctimas del cólera es de cinco millones de niños menores de cinco años. Esta amenaza se suma a la del COVID-19. De momento solo se ha registrado un caso, que fue rápidamente aislado, pero el país no cuenta con demasiados medios como para prevenir la extensión del coronavirus.

Al límite

El problema para enfrentarse al cólera o al COVID-19 en Yemen es la situación sanitaria y nutricional de la población, tremendamente debilitada tras cinco años de penurias. La mayoría de los niños y adultos sufren desnutrición crónica, lo que les hace más vulnerables ante cualquier enfermedad epidémica.

Las lluvias de estos días han interrumpido el suministro de agua potable en miles de hogares. Muchas viviendas han sido dañadas o destruidas y miles de personas se han quedado sin hogar. La falta de agua limpia para lavarse las manos o cocinar impulsarán la propagación del cólera o de otras enfermedades diarréicas o incluso del COVID-19, en un país que ha sufrido la destrucción de al menos la mitad de los centros sanitarios y que no cuenta con el equipamiento suficiente como para enfrentarse a una epidemia.

La única solución para salvar a un país que sufre la mayor emergencia humanitaria en este momento es la paz. Eso es algo que lleva años pidiendo la ONU y las agencias internacionales y ONG que trabajan en el terreno. Tras la aparición del primer caso de COVID-19 se alcanzó un alto el fuego que de momento se mantiene, pero aún no se dan las condiciones para que las organizaciones humanitarias puedan trabajar con seguridad en todo el país.

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