Yemen, al borde del hambre

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Yemen

Las importaciones de alimentos están por debajo del 50 por ciento de lo necesario para alimentar a la población

Hay tres millones de desplazados después de veinte meses de guerra

La población de Yemen está en riesgo de sufrir una hambruna catastrófica, ya que las importaciones de alimentos continúan cayendo y, según las tendencias actuales, el país, víctima de una guerra destructiva, se podría quedar sin alimentos en pocos meses, según ha advertido hoy Oxfam.

Según los datos de esta ONG, el pasado mes de agosto las importaciones de alimentos cayeron por debajo de la mitad de lo que sería necesario para abastecer el país. Desde el verano, las importaciones han mantenido dicho nivel. El país lleva veinte meses de guerra civil, en la que participa una coalición internacional liderada por los países del Golfo contra los houtis, una rama del islám chiita. La guerra ha causado ya la muerte de más de 11.000 civiles, ha obligado a más de tres millones de personas a abandonar sus hogares y ha colapsado la economía.

Oxfam ha pedido a la coalición liderada por Arabia Saudita que levante las restricciones para permitir que puedan entrar más alimentos y otros bienes necesarios en el país y que se acuerde un alto el fuego para reniciar las conversaciones de paz. También ha solicitado a la comunidad internacional un mayor apoyo a los programas de la ONU, dado que sólo cuenta con un 58% de financiación sobre lo presupuestado como necesario (actualmente hay un déficit de 686 millones de dólares de déficit en los programas de apoyo a la población del país).

En su llamamiento, Oxfam describe la situación de país con crudeza: «Yemen está siendo matado lentamente por hambre. Primero hubo restricciones a las importacione, después se bombardearon los puertos, los almacenes, las carreteras y los puentes. Se trata de una acción sistemática. La economía del país, sus instituciones, su capacidad de alimentar y cuidar a su gente están al borde del colapso».

La organización advierte de que todavía se está a tiempo para evitar la catástrofe, para evitar que el hambre crónica se convierta en hambruna generalizada, pero para ello es necesario que se detengan los combates y se abran los puertos para que se puedan recibir suministros: alimentos, combustible y medicamentos. Oxfam, cuya sede central está en el Reino Unido, ha pedido al gobierno británico que ponga fin al suministro y venta de armas y al apoyo militar a Arabia Saudí.

Antes de que comenzara el conflicto, casi el 90 por ciento de la comida de Yemen debía ser importada. Con la agricultura del país afectada por los combates, la dependencia de las importaciones de alimentos ha aumentado. Sin embargo, las restricciones a la navegación que están castigando a la población yemení y la destrucción de muchas instalaciones portuarias por parte de la coalición dirigida por Arabia Saudita significa que la satisfacción de las necesidades alimentarias del país ha llegado a una coyuntura crítica.

En noviembre de 2015, el país estaba importando algo más de lo que necesitaba, pero en octubre de este año las importanciones habían caído al 40 por ciento de lasnecesidades. Sin un aumento masivo de las importaciones de alimentos, es probable que esta tendencia continúe, en cuyo caso, para abril del próximo año prácticamente no habrá importaciones de alimentos.

La capacidad reducida de los puertos para manejar la carga significa que los barcos tienen una larga espera antes de que puedan atracar para descargar su carga. En noviembre, los retrasos promedio en los puertos del noroeste fueron considerables: 53 días en Saleef y 23 días en Hodeidah.

Hay algo de contrabando de alimentos en el mercado negro a través de la frontera terrestre entre Yemen y Arabia Saudita, pero no es suficiente para cubrir las necesidades.

Según la ONU, la malnutrición está en aumento y más de catorce millones de personas -la mitad de la población del país- está en «inseguridad alimentaria», sin acceso seguro a los alimentos. El Programa Mundial de Alimentos advierte que las cifras podrían elevarse a veintiún millones de personas.

Además de una crisis de importación de alimentos, también hay una crisis de importación de combustibles. Yemen solía ser un exportador de combustible, pero el conflicto ha cerrado la producción, aunque recientemente ha habido un ligero resurgimiento de la producción de petróleo en el puerto sur de Adén. El país depende ahora de las importaciones de combustible y sólo importa una cuarta parte de lo que necesita.

 

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