Pedro Zerolo, la ilusión en la política

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Pedro Zerolo

Pedro Zerolo, la ilusión en la política

Pilar Estébanez, presidenta de la SEMHU

Acaba de morir un gran amigo y compañero, Pedro Zerolo. Tuve la suerte de trabajar con él durante mi etapa como concejala del Ayuntamiento de Madrid, cuando fuimos elegidos por los ciudadanos en una lista que encabezaba Trinidad Jiménez.  Él tenía una larga trayectoria de lucha por la defensa de los derechos de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, y yo venía del mundo de la cooperación, por lo que enseguida encontramos puntos en común que luego intentamos aplicar en nuestro trabajo como concejales: la defensa de los derechos de los ciudadanos. Después continuamos trabajando por los derechos sociales y contra la pobreza.

 

Pedro Zerolo
Pedro Zerolo

Pedro tenía una enorme virtud que sería deseable en todos los políticos: la ilusión constante, sin fisuras, en que la igualdad de derechos podría ser un día una realidad en todos los ámbitos de la vida, y a ello dedicó su vida, ya fuera en la defensa de los derechos de los homosexuales, como en la defensa de los derechos de los enfermos de sida, o de las mujeres víctimas de la violencia machista. Precisamente su último mensaje, hace apenas cinco días, en su cuenta de twitter, era una condena a la violencia machista por el asesinato de una mujer a manos de su marido en Alcalá de Guadaíra. Hasta el último momento de su vida Pedro mantuvo sus convicciones con una fuerza envidiable, si caer en el desánimo y sin dejarse vencer por la enfermedad.

Pedro ha sido un ejemplo de político que usa la política para intentar mejorar la vida de los ciudadanos, algo que debería ser normal pero que en nuestro país, por desgracia, es poco frecuente. Por ejemplo, fue pionero en llevar los movimientos sociales, de donde venía él, a la política. Durante mi época como concejala como miembro de su equipo y de Trinidad, tuve la oportunidad de trabajar con él codo con codo, visitando barrios de Madrid que quedaban fuera de los recorridos oficiales de los políticos. Visitamos centros de la tercera edad, asentamientos chabolistas, mercados de la droga… Estábamos en la oposición, pero creíamos que podíamos trabajar para mejorar las condiciones de vida, en muchos casos inhumanas, de centenares de excluidos de la sociedad.

También visitamos los Foros Sociales Internacionales. Recuerdo el de Nairobi, en el que tuvo la ocasión de conocer la realidad del sida en África y constatar que la desigualdad, la inequidad, la injusticia y la pobreza matan.

Vamos a echar mucho de menos a Pedro. Te vamos a echar mucho de menos, compañero. Añoraremos tu ilusión, tu carácter rebelde, tu sentido del humor, tu optimismo, tu bonhomía… Te echaremos de menos, sí, pero una cosa es segura: nunca te olvidaremos.

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