Los gobiernos deberían apoyar los derechos humanos, no a sus aliados en la Primavera Árabe
Muchos gobiernos occidentales han antepuesto sus intereses con sus aliados en el mundo árabe antes que el apoyo a los derechos humanos durante la Primavera Árabe, según el último informe de Human Rights Watch sobre la primavera árabe. Por razones de principio y de interés a largo plazo, los gobiernos deben apoyar a los pueblos de Oriente Medio y África del Norte en sus demandas de derechos básicos y trabajar para asegurar la transición a democracias genuinas.
El informe de 676 páginas, un examen anual de Human Rights Watch de las prácticas de los derechos humanos en todo el mundo, se resumen las cuestiones principales derechos en más de 90 países, lo que refleja el extenso trabajo de investigación llevado a cabo en 2011 por Human Rights Watch. Sobre los acontecimientos en el Medio Oriente y África del Norte, Human Rights Watch dijo que el apoyo internacional coherente a los manifestantes pacíficos y críticos del gobierno es la mejor forma de presionar a los autócratas de la región para acabar con los abusos y mejorar las libertades fundamentales. Insistir en el respeto de los derechos es también la mejor manera de ayudar a los movimientos populares a alejarse de la intolerancia, la anarquía, y la venganza, factores que puede amenazar a una revolución desde dentro, dijo Human Rights Watch.
El Informe Mundial de 2012 documenta abusos de derechos humanos en todo el mundo, incluyendo: violaciones de las leyes de la guerra en Libia y Afganistán, la situación de los presos políticos en Vietnam y Eritrea, la represión de la disidencia en China y Cuba, las campañas de Internet en Irán y Tailandia, los asesinatos por parte de las fuerzas de seguridad en la India y México, los problemas relacionados con las elecciones en Rusia y la República Democrática del Congo; maltrato de los inmigrantes en Europa Occidental; negligentes políticas de salud materna en Haití y en África del Sur, la supresión de la libertad religiosa en Indonesia y Arabia Saudita, la tortura en Pakistán y Uzbekistán, la discriminación contra personas con discapacidad en Nepal y Perú, y la detención sin juicio en Malasia y por los Estados Unidos.
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