El ejército iraquí está obligando a los desplazados a regresar a Mosul

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Mosul está situada al norte de Irak

Human Right Watch denuncia que se ha obligado a 300 familias a regresar a barrios de Mosul recién conquistados que aún no son seguros y carecen de agua, electricidad o alimentos. La excusa para obligarles a regresar es que necesitan sitio en los campos para más desplazados, a pesar de que hay sitio de sobra y hay un campo de desplazados recién construido completamente vacío.

El ejército iraquí está obligando a muchas familias desplazadas (300 aproximadamente) a regersar a la zona oeste de Mosul, a pesar de que corren el riesgo de ser atacadas por los combatientes del Estado Islámico (ISIS), según ha denunciado la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch (HRW). Las familias, que habían buscado refugio en los campamentos de Hammam al-Alil y Hajj Ali, carecen de acceso al agua potable, comida, electricidad y asistencia médica.

Según ha informado HRW algunos trabajadores del campamento de Hammam al-Alil dijeron que las familias fueron devueltas a ciertos barrios del oeste de Mosul con la excusa de dejar sitio a los desplazados de los barrios recién tomados de Mosul. Sin embargo, según los propios trabajadores, aún hay sitio para más desplazados.

Los responsables de HRW dicen que esas familias huyeron de los combates de Mosul para buscar la seguridad de los campos de desplazados y ahora se han visto obligados a regresar a un lugar que no es seguro. «Estas familias no deben ser devueltas a la fuerza a áreas inseguras y  que carecen de agua, comida, electricidad o instalaciones de salud adecuadas», dijo Lama Fakih, vice director para Oriente Medio de Human Rights Watch.

Los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre el desplazamiento interno estipulan que todos los desplazados internos deben poder elegir dónde viven y tienen derecho a ser protegidos contra el regreso forzoso a cualquier lugar donde su vida, su seguridad, su libertad o su salud estén en peligro.

Human Rights Watch visitó los barrios de Mansour y Wadi Hajjar del oeste de Mosul el 15 de mayo de 2017 y habló con algunas de las familias. Tres personas de Wadi Hajjar dijeron que habían huido a los campos en Hammam al-Alil, 30 kilómetros al sur del oeste de Mosul, entre uno y dos meses atrás. Dijeron que alrededor de las 13.00 horas del 9 de mayo, el personal del campamento llegó a sus tiendas y les dijo que tenían que irse porque el campamento estaba lleno, y esperaban a otras familias de otros barrios del oeste de Mosul que habían sido tomados recientemente. A algunas familias se les dio dos horas para marcharse, mientras que a otras se les ordenó que se fueran inmediatamente, sin poder reunir sus pertenencias.

Los residentes del oeste de Mosul que fueron devueltos a la fuerza y ​​hablado con Human Rights Watch dijeron que no habían querido regresar a sus hogares debido a la falta de alimentos, agua y servicios de salud adecuados.

Según los testimonios, nadie quería marcharse, por lo que fueron obligados a subir en treinta camiones para ser trasladados a Mosul. Una vez allí, les dejaron cerca de la entrada sur de la ciudad, apenas a dos kilómetros del frente, donde tuvieron que organizarse para regresar a sus barrios.

Una de las familias obligadas a regresar estaba compuesta por una mujer y sus cuatro hijos, el más pequeño de apenas tres meses de edad. Había huido de la ciudad después de que ISIS ejecutara a su marido y destruyera su casa. Ha tenido que buscar refugio en una vivienda abandonada, donde no tiene agua ni recursos para comprar leche para el bebé.

La línea de frente se encuentra actualmente entre uno y tres kilómetros de los barrios a los que estas personas se han visto obligadas a regresar.

Según datos de la ONU había al menos 7.000 parcelas familiares disponibles para los recién llegados, además de un nuevo campamento recién abierto que aún permanece vacío.

 

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